Luego de cuatro años de cautiverio a manos de sus padres, David y Louise Turpin, los trece hijos del matrimonio están tratando de rehacer sus vidas.
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La pareja de abusadores se encuentra en prisión preventiva bajo 12 cargos por tortura, siete por maltrato de adultos dependientes, seis de maltrato infantil y 12 por privación ilegal de la libertad.
Mientras tanto los seis niños Turpin más pequeños permanecen en dos hogares provisorios donde ahora pueden comer lasaña, albóndigas y ver televisión. Cosas tan normales para un niño pero que eran imposibles de realizar bajo el régimen que se vivía en la «Casa de los Horrores».
Cualquier cosa es mejor
El matrimonio Turpin les impuso aberraciones que van desde no poder ducharse más de una vez al año a maltratos tan severos como permanecer con grilletes y no tener donde hacer necesidades.
El día en que al matrimonio le prohibieron cercarse a los niños y jóvenes por tres años, la madre se alegró de una manera perturbó al tribunal.
Por estas razones es que ahora los hijos Turpin, que tienen entre 2 y 29 años, están tan felices.
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«Quieren terminar la escuela, quieren tener carreras. Esperan ir al cine, ir de compras y todo lo demás que hacen las personas de su edad. Más que nada, esperan ser independientes y elaborar un plan para sus vidas», dijo Jack Osborn, cuyo bufete de abogados fue designado por el tribunal para representar a los hermanos mayores, al medio Usa Today.
Los otros siete hermanos Turpin, los mayores, se encuentran aún en el Centro Médico Regional Corona y se comunican con los más pequeños a través de Skype.
