Sarah Griffin de 68 años llegó hasta la penitenciaría del Condado de Shelby en Memphis en EEUU para visitar a su nieto Cody Clements que estaba detenido por robo con agravantes.
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Parecía que todo estaba “en regla” según los gendarmes, sin embargo cuando el encuentro ya llegaba al final la “tierna” abuela debe haber notado algo flaco a su nieto y le entregó una bolsa de Doritos.
De inmediato los guardias notaron el “regalo” y raudos confiscaron el “snack”.
Al abrir la bolsa encontraron en su interior 28.5 gramos de metanfetaminas, 1.1 de heroína, 11.4 de marihuana y 40 pastillas de Xanax, señala el Daily Mail.
Sarah fue arrestada y acusada de contrabando y señaló que no sabía lo que había en el paquete de Doritos y que ella creía que le estaba entregando un celular.