Veronika Mescheryakova llevaba una vida feliz, sin embargo una terrible enfermedad la condenó a sufrir eternamente por amor.
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La joven de 29 años sufre porfiria aguda, una enfermedad hereditaria que causa trastornos genéticos y provoca, entre otros síntomas, dolor en el pecho, abdomen, espalda y extremidades; adormecimiento de los músculos, parálisis o calambres y cambios mentales o de personalidad.
El Mirror señala que Veronika fue sometida hace unos años a una operación para aliviar sus síntomas, sin embargo ahora tiene pérdida de memoria a corto plazo y las extremidades paralizadas.
Antes de quedar casi postrada en una silla de ruedas, la joven se casó, sin embargo su esposo pidió el divorcio en noviembre del año pasado.
Veronika no recuerda nada de esto, por lo que todos los días espera que su marido llegue del trabajo.
Cuando se hace tarde y comienza a angustiarse porque su amado no regresa, su madre, que la cuida las 24 horas, debe contarle que se divorciaron y la joven rompe en llanto.
El “calvario” se repite día tras día y siempre termina en lágrimas.
Según los medios rusos, la madre está ayudando a Veronika para que nuevamente aprenda a caminar y espera que algún día pueda reencontrase con el amor de su vida.