Un insólito caso enfrenta un hombre de 63 años en Rumania luego de que una Corte determinara que “estaba muerto”.
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Constantin Reliu dejó su país en 1992 y se estableció en Turquía, pero perdió contacto con su familia, indica The Guardian.
Por años su esposa no logró «encontrarlo» por lo que llegó hasta los tribunales y el 2016 logró que se le entregara un certificado de defunción de Constantin.
A principios de este año, la policía turca detuvo a Reliu ya que sus documentos para permanecer en el país estaban vencidos y lo deportó a Rumania.
Cuando volvió a su tierra, el hombre se llevó la tremenda sorpresa de que había sido declarado muerto.
Reliu apeló a la insólita resolución de la justicia y se presentó ante tribunales, pero perdió en su afán de demostrar que “estaba vivo”.
Según un portavoz de la magistratura, el hombre perdió el caso porque su reclamo lo hizo “fuera de plazo” y además explicó que la decisión era “final”.
«Estoy oficialmente muerto, aunque estoy vivo, no tengo ingresos porque estoy en la lista de muertos, no puedo hacer nada”, dijo Constantin a los medios locales.