La Clínica Las Condes inauguró el Centro de Entrenamiento y Simulación Avanzada (CESA). «Este centro es el más tecnológico de Latinoamérica», señaló a Publimetro el doctor Camilo Boza, director del centro.
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El objetivo de este espacio, es contar con la más alta tecnología. Tanto en hardware como en software, esto para entrenar a médicos y a todo el equipo de salud.
¿La finalidad? Reducir el riesgo de muerte u otras consecuencias producidas por error un humano. Todo a través de un entrenamiento electrónico, lo que podría compararse con los simuladores de vuelo que utilizan las fuerzas áreas.
Las características
Se trata de un laboratorio de mil metros cuadrados, el más grande de este tipo en nuestro país. Cuenta con la mejor tecnología de entrenamiento y la mayor capacidad para practicar en las áreas de Traumatología y Ortopedia y en todas las especialidades que requieran cirugía endoscópica.
El mismo considera una sala de entrenamiento abierta a todas las instituciones que deseen concretar iniciativas de capacitación, denominada «Johnson & Johnson Innovation Room», la cual es patrocinada por el área de Medical Devices de esta compañía.
Conversamos con Tulio Oliveira, director de Negocios de la Región Sur para Ethicon, familia de compañías de Johnson & Johnson.
23 de estas salas alrededor del mundo
Oliveira explicó que en Latinoamérica han abierto otras tres salas con estas características, estando dos en Brasil y otra en Colombia. «La de Chile sería la cuarta en la región, pero una de las más modernas. Tenemos 23 centros en 4 continentes», señaló.
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El representante de Johnson & Johnson, señaló que la sala está abierta a distintas universidades para poder perfeccionar la práctica de delicadas intervenciones.
Realismo para practicar
En esta misma línea, el doctor Camilo Boza, quien además en miembro de la Sociedad Chilena de Cirugía Bariátrica y Metabólica, explicó el nivel de realismo que otorga una simulación y la importancia de estas herramientas para el perfeccionamiento profesional.
«En el Centro contamos con una suerte de muñecos conectados a computadores, con un software y hardware que nos permite seguir sus signos vitales simulados. Así, enfrentamos al equipo a una situación real».
El especialista destaca que se arma un escenario completo, donde se siguen los latidos del corazón, el control emocional de los profesionales y el desempeño de cada uno a la hora de controlar la situación. «Incluso se monitores la precisión de las manos del cirujano durante la intervención donde cada movimiento debe ser exacto», agrega.
Los detalles de la «Innovation room»
La «Johnson & Johnson Innovation Room» cuenta con un equipamiento de última generación, transversal para todas las especialidades quirúrgicas, e instalaciones habilitadas para diferentes niveles de capacitación.
El espacio tiene 10 estaciones de trabajo para simulación clínica, equipamiento laparoscópico, generadores de energía y dispositivos médicos, con los que se espera entrenar a más de un centenar de cirujanos cada año.
La creación de esta sala en particular significó una inversión de $500 mil dólares y cuenta con un equipamiento de última generación transversal para todas las especialidades quirúrgicas, e instalaciones habilitadas para diferentes niveles de entrenamiento.
Un espacio a nivel internacional
Por su tamaño, capacidad y gran tecnología, el Centro de Entrenamiento y Simulación Avanzada (CESA), se perfila como un espacio de formación de nivel internacional.
“El objetivo es crecer para generar programas, cursos y capacitación del más alto nivel, que permitan mantener el máximo el estándar de seguridad para los pacientes de Clínica Las Condes y de todos los centros de cirugía de Chile. La idea es estar abiertos a especialistas de otras instituciones y de otros países”, concluye Camilo Boza.
Avanzar en la acreditación profesional
De hecho, el especialista señaló a Publimetro que han habido conversaciones con el Ministerio de Salud, para establecer mediciones prácticas que podrían estar relacionadas con las horas en los centros de simulación.
«Ojalá se pudiese establecer un mecanismo para medir bien las habilidades prácticas, sin arriesgar las vidas de las personas. Pero sabemos que es un camino bastante largo», señaló.