Su historia conmovió a México pero ahora traspasó las fronteras y está generando una campaña internacional para ir en su ayuda. Porque la historia de Chilaquil, un perro mestizo mexicano es dramática y sus nuevos cuidadores están haciendo todo lo posible para que la olvide.
Cuando los voluntarios de la agrupación Mundo Patitas lo encontraron, tenía la cara -su hocico completo- destruido luego que le arrojaran ácido. Pero eso ni siquiera era lo peor que le había pasado en su vida.
El animal pasó seis años amarrado a un árbol, recibiendo constantemente los golpes de sus dueños y alimentándose de cualquier cosa que encontrara en la basura.
Tras ser rescatado por un grupo de choferes, el animal llegó a manos de la ONG Mundo Patitas, de Ciudad de México, los que iniciaron su cuidado y buscaron un cirujano para que reparara su rostro.
Tras una serie de operaciones, el hocico comenzó a recobrar funcionalidad, pero su aspecto no pudo mejorarse, lo que ha significado que la gente se niegue a adoptarlo y darle una segunda oportunidad.
“Su apariencia puede no ser grata pero es un perro sano, con dignidad y autosuficiencia, que no merece ser discriminado o tratado diferente que cualquier otro”, dijeron desde la ONG.
Es por eso que iniciaron una nueva campaña para ahora hacer una cirugía reconstructiva, con el fin de mejorar su aspecto y hacerlo lucir más como «un perro normal».

