La imagen que ilustra la nota quizás es la mejor representación de lo que fue la histórica cumbre entre los líderes de las dos Coreas. Una cordialidad a todas luces llamativa, especialmente por el comportamiento que siempre demostró Kim Jong-un.
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Sin embargo, el norcoreano se robó todas las miradas en la actividad, especialmente tras ser el primer líder de su país en cruzar la frontera hacia el vecino país tras la división de la península.
Tras pasar a territorio surcoreano, se saludó amistosamente con el presidente Moon Jae-in, posando para la fotografía más esperada en años.
Luego de esto, comenzaron a conversar y el anfitrión le indicó a Kim que ojalá pueda él ir a Corea del Norte. Y allí fue cuando se lució el líder supremo.
Tomó de la mano a Moon, le dijo algo así como «vamos ahora» y lo llevó a cruzar la frontera para que estuviera unos segundos en territorio de Pyongyang. Luego de esto, volvieron a Corea del Sur e iniciaron las actividades de la histórica cumbre.
