La fosa de las Marianas está ubicada al este de Filipinas y se localiza en el fondo del Océano Pacífico Occidental. Es una cicatriz en forma de media luna en la corteza terrestre que mide aproximadamente 2.550 kilómetros de largo y 69 de ancho.
PUBLICIDAD
Esta falla geográfica es conocida como la parte más profunda del océano, con una profundidad máxima conocida de 10.994 metros y es uno de los terrenos menos explorados de la Tierra por su difícil acceso.
Pero lamentablemente este punto de nuestro planeta, se transformó en la prueba de que los humanos hemos sido capaces de ensuciar cada uno de los rincones de la Tierra, luego que descubrieran una bolsa plástica en la profundidad de la fosa.
La información fue dada a conocer por la Agencia Japonesa para la Ciencia y Tecnología Marítimo-Terrestre (Jamstec).
En uno de sus últimos estudios el equipo de investigadores del organismo presentó los contenidos de su base de datos de desechos marinos, un archivo con fotos y documentos de la basura oceánica registrada por cámaras sumergibles durante los últimos 30 años.
Los datos fueron publicados en marzo de 2017 pero volvieron cobrar importancia luego de un programa realizado por la cadena National Geografic.
Según el estudio la entidad contó en sus inmersiones 3.425 artículos de desechos hechos por el hombre.
PUBLICIDAD
“Más del 33% de los desechos eran macroplásticos, de los cuales el 89% eran productos de un solo uso, y estos índices aumentaron al 52% y 92%, respectivamente, en áreas más profundas que 6000 m”, dice el documento.
“El récord más profundo fue una bolsa de plástico a 10.898 m en la fosa de Mariana. Se observaron organismos de aguas profundas en el 17% de las imágenes de desechos de plástico, que incluyen el enredo de bolsas de plástico en las comunidades de filtración química quimiosintética”.
“El análisis de densidad cuantitativa para los datos del subconjunto en el Pacífico norte occidental mostró una densidad de plástico que variaba entre 17 y 335 elementos km-2 a profundidades de 1092-5977 m. Los datos muestran que, además de la explotación de recursos y el desarrollo industrial, la influencia de las actividades humanas terrestres ha llegado a las partes más profundas del océano en áreas a más de 1000 km del continente. El establecimiento de marcos internacionales para el monitoreo de la contaminación plástica en aguas profundas como una variable oceánica esencial y un protocolo de intercambio de datos son las claves para generar resultados científicos que sean útiles para la gestión efectiva de la contaminación plástica y la conservación de los ecosistemas de aguas profundas”, dice.