Ser la novena en la línea de sucesión al trono de la Casa Real Inglesa y la hija del príncipe Andrés y Sarah Ferguson no despertó el interés de los británicos por la boda de la princesa Eugenia, que mostró todo el glamour de los royalty pero sin despertar la euforia del enlace de Harry y Meghan, apenas hace cinco meses.
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Y la diferencia se hizo notoria en la ceremonia, la cantidad de invitados, la celebración y sobre todo la transmisión de televisión y cobertura en redes sociales. Claro, es difícil superar la estimación de 3.000 millones de personas que vieron la boda del hijo menor de Diana de Gales y la ex actriz estadounidenses.
Eugenia y Jack invitaron a 850 personas, entre sus familiares, allegados y muchas celebridades. Mientras que Harry y Meghan contaron con 2.640 invitados: 1.200 ciudadanos comunes; 200 integrantes de organizaciones benéficas; un centenar de estudiantes; 610 miembros de la comunidad del castillo de Windsor y 530 de distintas casas reales.
Ni Camila, ni George
Todavía el mundo entero recuerda el desfile de estrellas y aristócratas que celebraron el amor de los Duques de Sussex. Entre ellos, la madrasta del novio, Camila, y el actor George Clooney junto a su esposa Amal, quienes en esta ocasión fueron ausencias notorias tomando en cuenta su cercanía con los novios.
La prensa británica especula que la ausencia de la esposa del príncipe Carlos se debió a la débil relación entre ella y su cuñado Andrés, pero la Casa Real la ha disculpado por un acto oficial que tenía pautado en Escocia.
La presencia de Clooney era más que esperada, pues el novio, Jack Brooksbank, trabaja para él en su nuevo empresa de tequila. Así que habrá que esperar alguna reacción del afamado actor y director para conocer qué lo alejo del festejo.
Ni hoteles repletos, ni porcelanas, ni recuerdos agotados son la mejor expresión de que la princesa Eugenia no tiene el aura de William y Harry, quienes legaron de su madre el encanto de los medios y ahora de las redes sociales.
