El bautizo del Archie Harrison Mountbatten-Windsor genera polémica en Reino Unido. El carácter privado de la ceremonia molestó a los súbditos de la casa real, quienes critican a Meghan Markle y el príncipe Harry por no querer compartir este momento tan especial.
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El pequeño, de apenas ocho semanas, será bautizado hoy por el Arzobispo de Canterbury en el Castillo de Windsor, frente a un grupo cercano de solo 25 amigos y familiares, detallaron medios ingleses.
Los primeros en llegar fueron el príncipe William y su esposa Kate Middleton, quienes se acercaron en su propio auto a la entrada trasera del castillo. Distintos portales reportaron también la presencia del príncipe Carlos y Camila, quienes estarían en la selecta lista de invitados.
Controversia
Las críticas llueven sobre Meghan Markle y Harry tras la remodelación de su residencia, Frogmore Cottage. Los trabajos costaron cerca de 2.4 millones de libras, que salen del dinero aportado por los contribuyentes. Son ellos mismo los que hoy reclaman conocer los detalles del bautizo de su primogénito.
Ingrid Seward, editora en jefe de la revista Majesty, cree que los Duques de Sussex han “molestado realmente a las personas que más los querían” con la mudanza, reseña el Daily Mail. “’El secreto y la evasión de toda la situación han sido tan mal manejados. Es una verdadera pena”.
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Decisión personal
Por su parte, The Sun asegura que la decisión fue tomada por el príncipe Harry. “La gente podría pensar que Meghan es responsable de todo este asunto de la privacidad, pero es Harry quien encabeza la decisión”, contó una fuente cercana a la pareja.
Parece que el deseo del hijo menor de la princesa Diana es “que Archie sea un ciudadano privado en todos los aspectos posibles”.