Corría el año 2009 cuando un virus, hasta entonces desconocido, se convirtió en el tema de conversación. El virus H1N1 que causó que la Ciudad de México y otros estados se paralizaran se convirtió en el terror. Qué aprendimos de aquella pandemia, quizás muchas cosas y para cada persona significó algo diferente, pero la principal, fue que debíamos cuidar nuestra higiene y dejar de saludarnos con un beso.
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Lavarnos las manos es primordial
Quizás muchos crecimos con este consejo por parte de mamá, pero con la llegada del H1N1, se volvió vital tener una higiene adecuada. Lavar las manos si usaste el transporte público o si visitaste lugares públicos es imprescindible. Lo correcto es utilizar jabón neutro y agua, tallar las palmas, el espacio entre los dedos y enjuagar a la perfección hasta las muñecas. No menos importante, debemos secar las manos, de preferencia con toallas de papel.
Cuidado al estornudar
A partir de la pandemia por el H1N1 cambió la forma en la que nos cubrimos al estornudar, lo ideal es utilizar el antebrazo para evitar que los fluidos se disipen en el ambiente. Antes utilizábamos las manos y eso hacía que la contaminación hacia las superficies fuera más rápida y fácil.
Sigue estas recomendaciones y ayuda a prevenir enfermedades. #CuidaTuSalud pic.twitter.com/M8meTT0txf
— SALUD México (@SSalud_mx) February 28, 2020
Adiós a los saludos de beso
Los mexicanos somos conocidos por nuestra calidez, pero la pandemia por el H1N1 nos enseñó que no es necesario darnos un beso en la mejilla cada que nos vemos, que a veces, por más cercanos que seamos, con un saludo cordial está bien.
Los cubrebocas son amigos
Siempre y cuando se usen de manera correcta, estos objetos podrían ser una barrera contra los virus. No pierdas de vista que no son aptos para todos, que no te protegen al 100 por ciento y que deben ser reemplazados de manera adecuada.
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