La pandemia del coronavirus ha cambiado muchas cosas. Entre ellas, nuestra relación con los restaurantes y las salidas a comer fuera. El delivery se ha posicionado como el rey, pero muchas veces «no es lo mismo». ¿Y si la comida viene fría? ¿Mantiene el mismo sabor la salsa? ¿La misma contextura el puré?
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Y es que, a diferencia de las pizzas y hamburguesas, no todas las comidas resistente con buena consistencia el tiempo que deberá pasar en la mochila del repartidor. ¿Qué hacer en ese caso? Dos clásicos de la cocina de la Región Metropolitana apostaron por algo distinto: sus platos típicos, pero en versiones que tu mismo podrás preparar en casa.
Hablamos de «Domenica» y «Los Hornitos de Curacaví»
Pastas como recién hechas
El restaurante italiano «Domenica» data de 1991. En enero del 2019 fue premiado con la puntuación más alta en gastronomía por la revista Wikén de «El Mercurio»: recibió los 7 tenedores. Y es que sus pastas artesanales, tienen una masa suave, que (con el tiempo correcto de cocción, quedan «al dente»).
Pero no se trata solo de pastas, sino que también sus pizzas destacan en el menú. Obvio, todo con un toque de tradición italiana que las aleja de las típicas pizzas americanas y gruesas de un delivery común. Y si bien, tienen servicio de envío de platos preparados, también le dan la experiencia al cliente de poder disfrutar sus pastas «como recién hechas».
Es que quienes saben de pastas, saben que no es lo mismo un plato preparado hace un buen rato, que unas pastas artesanales recién sacadas del agua y con la salsa en una buena temperatura. Con una presentación en caja, el local ofrece una amplia variedad entre raviolis, fetuccini, espaguetti, ñoqui y panzotti. Los precios varían entre los 4.100 y 6.100 pesos.
¿Salsas? Seis alternativas a las que también puedes agregarles distintos quesos rallados o para rallar en casa. Te darán las indicaciones necesarias para vivir al máximo la experiencia con el plato, como si estuvieras en el restaurant.
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Pastelera y carnes
Una propuesta similar desarrolló el local «Los Hornitos de Curacaví«. El clásico restaurante de la ruta 68, nació en los años 70’s, resguardando lo más tradicional de la cocina chilena en un ambiente campestre y rural. La idea, en tiempos de pandemia, es seguir llevando la comida de campo a la modernidad de la ciudad.
Para esto, ofrecen para nuestra mesa tradicionales preparaciones, para que bajo el alero de cada hogar se pueda compartir un exquisito plato del campo chileno. ¿Qué ofrecen? Pastelera de choclo, plateada en horno de barro (13.900 para dos), lentejas con tocino (7.900 para dos) y hasta mote con huesillo. Sus precios suelen ir desde los 6.000 a los 15.000 pesos aproximadamente, con promociones especiales para dos personas, donde a veces incluso incluyen el postre.
Bonus: ¿Extrañas ir a la cafetería?
Si bien opciones de cafetería a domicilio hay varias, y desde hace tiempo, no hay dudas que la Pastelería Cory es un clásico de la zona oriente. De origen austriaco, tiene 30 años de trayectoria en Santiago. El priemer local, fue inaugurado en Avenida Cristóbal Colón, en la comuna de Las Condes y hoy ya cuenta con más de 10 locales. Aparte de su gran variedad de pasteles, que como pocos incluye productos especiales para diabéticos y bajas calorías, han transformado su carta para llegar en modo delivery.
Por ejemplo, ofrecen una «torta de 5 porciones», pequeña y en caja, que va con una vela por si quieres saludar a alguien en su cumpleaños. También crearon cajas con packs para tomar desayuno u once. Y precisamente con esta última propuesta, apuntan a que tengas una experiencia más completa de su carta, como si te hubieses ido a sentar en una de sus mesas.