Hace unos años la medida de televisor más popular eran las 32″. Esto ha ido cambiando con el tiempo, y los televisores de 55″ o incluso más se han masificado. Así mismo, la oferta también aumentó. Incluso, marcas como Samsung tienen modelos disponibles de 85″ pulgadas como el TU8000. ¿Pero cuál es la diferencia? ¿Vale la pena comprar una pantalla tan grande? ¿Qué hay que considerar?
PUBLICIDAD
Lo primero, es entender la medida. ¿Qué den las pulgadas? El tamaño corresponde a su longitud diagonal, la cual se calcula al medir desde la esquina superior izquierda de la pantalla del televisor hasta la esquina inferior derecha. La mayoría de las veces se expresa en pulgadas.
Elegir un tamaño adecuado a tu espacio
Todos los televisores poseen una distancia y un ángulo recomendados que deberías tener en cuenta al instalarlo en tu casa. La mejor y más envolvente experiencia se obtiene cuando la pantalla abarca 40 grados de tu campo visual. Esta distancia del campo visual puede calcularse simplemente al conocer el tamaño de tu televisor.
Para obtener esta distancia ideal, multiplica el tamaño de la pantalla por 1.2. Por lo tanto, para un televisor de 75 pulgadas, eso significaría sentarse a una distancia de 90 pulgadas o 2.3 m. Consulta la tabla proporcionada a fin de determinar las distancias de visualización recomendadas para diversos tamaños de televisores, de modo que puedas elegir el tamaño ideal según tu espacio.
Dos consejos clave:
1.- Verifica las dimensiones reales del televisor.
La emoción de comprar un televisor nuevo puede hacer que olvides la verdadera tarea que es instalarlo. Un televisor es más que simplemente el tamaño de su pantalla. Las dimensiones físicas de un televisor de pantalla grande, con soporte y bisel incluidos, así como su futura ubicación en la sala, son factores importantes que debes recordar. Asegúrate de comparar las dimensiones exactas del televisor con la ubicación de tus muebles para evitar dolores de cabeza al momento de instalarlo.
2.- Verifica la resolución del televisor, especialmente cuando se trate de uno de pantalla grande.
La regla general es que a medida que aumenta el tamaño de la pantalla, también debería aumentar el recuento total de píxeles o la resolución. Mientras mejor sea la resolución, mejor será la visualización de la imagen y no de los píxeles individuales. Es por eso que a la hora de comprar un televisor de pantalla grande, es altamente recomendable elegir una calidad de imagen de alta resolución como 4K.