La saga de «Watch Dogs» ha tenido una buena evolución. Pero así mismo, sus jugadores deben ir creciendo con ella, porque es un juego complejo de llevar. Sin embargo, por lo mismo, la cantidad de contenido que ofrece es amplia. Ahora probamos «Watch Dogs Legion».
PUBLICIDAD
El juego nos lleva a un Londres futurista postbrexit, pero con un giro de tuerca interesante: aquí no hay un solo protagonista, sino que la revolución ante las fuerzas policiales militarizadas, la vigilancia constante gubernamental y corporativa, y en definitiva, ante el fascismo, procede del pueblo; las filas de DedSec se llenan de todos los ciudadanos londinenses que podemos reclutar en cualquier momento. Es una propuesta ambiciosa. ¿Qué tan complejo es jugar algo así?
Rodeado de «malos»
Aquí nos encontramos con una aventura de acción y sigilo en mundo abierto. La trama central nos lleva a una Londres sumida en un caos del que no es responsable una única persona. Sino que se trata de la empresa militar Albion. Ésta ha tomado el control de la seguridad en la urbe británica, una corporación tecnológica conoce todo lo que hacen los ciudadanos gracias a los chips implantados que sustituyen los teléfonos móviles de la actualidad.
Pero hay más: los mafiosos del clan Kelly esclavizan a los más vulnerables ante la vista gorda de una policía sin poder y un gobierno disfuncional; y en medio de todo esto, DedSec, la organización revolucionaria de piratas informáticos, se ve resquebrajada y considerados terroristas tras un complot de otra organización misteriosa: Día Cero. Malos por todas partes.
¡Por donde empiezo!
Por lo mismo, tendrás mucho para hacer. Hay una gran variedad para abordar las misiones. Dependerá del agente que llevemos en cada momento. Aquí estamos ante un título donde prima el sigilo, el intentar pasar desapercibido infiltrándose a hurtadillas o a través de otros métodos en localizaciones repletas de soldados y drones; de hecho, tanto el combate a distancia como el cuerpo a cuerpo es poco satisfactorio y muy simple.
Lo realmente divertido es ir pirateando las cámaras de seguridad de un edificio para conseguir el código que nos permita acceder al servidor central que debemos hackear; o colarnos con nuestro bot araña en los conductos de ventilación mientras acabamos con todos los seguratas que bloquean nuestro camino; o piratear sus propios drones armados para limpiar una localización antes de entrar.
Bastante contenido
El diseño de misiones, aunque se pueda tachar de algo repetitivo a excepción de momentos concretos de la historia principal, nos ha encantado porque plantea cada situación como un puzzle. Primero observamos las distintas piezas a través de las cámaras de seguridad, los drones o la araña robot: esas piezas son las posibles rutas hasta el objetivo, los caminos que toman los seguratas y las distintas trampas que podremos activar.
PUBLICIDAD
Después, decidimos cómo abordar la situación, pues ya que la mayoría de objetivos no requieren nuestra presencia física, habrá que pensar si es mejor entrar nosotros mismos ocultándonos, conseguir un dron de construcción para sobrevolar el edificio y entrar por la parte superior (habitualmente con menos seguridad), o completar el nivel moviéndonos por los conductos de los escenarios con el dron araña en momentos que casi parecen un juego de plataformas.
Conclusión
Este es uno de los juegos más completos de la saga. Nos atrapa con un gran número de misiones y actividades. Hay distintas maneras de abordar esas misiones y el caos es tremendo por donde lo mires, por lo que las horas de juego serán todas intensas. Es arriesgado el no tener «un protagonista», pero es que a todas luces el protagonista de esto es la historia. Y ¡Qué historia! Aquí sin duda se aprovechó al máximo la potencia de las consolas de última generación Playstation 5 y Xbox Series S|X.