Si caminamos largas distancias o estamos mucho tiempo de pie, y después nos sentamos, sentimos un enorme alivio, así que casi siempre relacionamos esta posición con el descanso. Pero resulta que en nuestra vida cada vez pasamos más y más tiempo sentados que haciendo cualquier otra cosa, sobe todo por el teletrabajo, veamos por qué eso no es tan bueno.
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Luego del teletrabajo, sentarse para ¿descansar?
Piensen en todos los momentos del día en que están sentados: al manejar, si tienen suerte en la micro o metro, cuando ven una serie; ahora mismo, muy seguramente están sentados leyendo esto.
Y durante sus horas de teletrabajo o estudio también estuvieron sentados, frente a un computador.
Ahora que por la pandemia buena parte de las actividades cotidianas se han trasladado a nuestros hogares, parece que pasamos más tiempo sentados y menos moviéndonos de alguna manera.
Pero estamos más cansados, ¿por qué? La respuesta simple es que nuestros cuerpos están hechos para estar de pie y para moverse.
Tome asiento
Nuestro cuerpo tiene más de 300 articulaciones y unos 600 músculos que nos permiten todo tipo de movimientos: desde los más simples como caminar, hasta los más complejos como bailar ballet. Además nuestra piel es elástica, para adaptarse a esos movimientos.
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Y cuando nos movemos no solo ponemos en funcionamiento nuestra locomoción, otras cosas en el cuerpo dependen del movimiento: por ejemplo la circulación de la sangre es mejor cuando nos movemos.
Piensen además en los cientos de miles de años de evolución que nos dieron la capacidad de ser bípedos: de estar sobre nuestras dos piernas, venciendo la fuerza de gravedad.
La columna vertebral de los problemas
Cuando nos sentamos, casi siempre lo hacemos con la espalda curvada y los hombros caídos, eso pone una presión desigual en nuestra columna vertebral.
Esta estructura larga tiene más de 20 huesos y discos de cartílago entre ellos para amortiguar la presión, si pasamos mucho tiempo sentados contribuimos a un mayor desgaste en esos discos.
Los problemas de oxigenación no se detendrán ahí, pues nuestra poca movilidad influye también en que la sangre circule mal en el cuerpo y esta es la encargada de llevar el oxígeno a todas nuestras células.
Aunque en general nos sentamos para hacer actividades relacionadas con pensar: leer, escribir, tomar una clase, todo lo que pasa después de mucho tiempo sentados no ayudará a una buena concentración.
La mala circulación y baja oxigenación harán que nuestra actividad cerebral disminuya y nos cueste más trabajo concentrarnos.
Así que ahora que están terminando de leer esto, hagan algo bueno por su cuerpo: levántense y muevan algunos de esos cientos de músculos que tienen.