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La actriz Nicole Kidman dio una entrevista al diario El País de España donde nuevamente realizó interesantes confesiones sobre su vida privada. Esto con motivo de su último filme, “El largo viaje”, donde interpreta a la esposa de un traumatizado veterano de guerra, otra oportunidad de demostrar que es una intérprete de primer nivel.
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“Me encanta interpretar a personajes reales, es un honor y una responsabilidad, pero te permite explorar tu trabajo de una forma distinta”, dice la pelirroja que se hizo famosa en 1990 tras casarse con Tom Cruise, relación de la que no parece tener un muy buen recuerdo.
“Cuando eres muy joven crees que las cosas saldrán de una manera solo porque tú quieres. Lamentablemente, esto no funciona así y es muy duro tener que descubrirlo y digerirlo. En mi actual matrimonio (con el cantante country Keith Urban) las cosas funcionan de otra manera porque las expectativas son distintas y porque tienes la suficiente experiencia como para saber que es cosa de dos y que el esfuerzo tiene que ser mutuo. Ahora puedo permitirme el lujo de escoger lo que me gusta”, explica.
Y no sólo de amor y trabajo habló la actriz, sino que también se confesó acerca de un tema que la ha hecho notoria en los útlimos años, como es su intensa transformación física. Ante eso, ella misma reconoce que no todas sus operaciones estéticas fueron buenas.
“Lo del bótox fue un error, fruto de la presión y del deseo de lucir mejor: algo que les pasa a muchas actrices en Hollywood. Puedo decir que no he vuelto a usarlo y que lo que ves ahora es fruto de una vida sana, de alejarme del humo del tabaco y de dormir todas las horas que puedo: nada de cirugía” cuenta la actriz, forzando una sonrisa.
