Esas son las tareas que afronta Usain Bolt, lo que nadie ha hecho en 116 años de Juegos Olímpicos. Y no la tiene fácil. En los 100 se enfrenta a su compatriota Yohan Blake. Joven, impetuoso, que ya lo venció en los trials de Jamaica con sugerentes 9,75 segundos. Más atrás hay un lote peligroso, destacando dos que tienen la última posibilidad de lograr un oro olímpico debido a la edad (30 años): Tyson Gay (EEUU) y Asafa Powell (Jamaica). A ellos se agrega Justin Gatlin, campeón en Atenas 2004, quien estuvo suspendido por dopaje, pero volvió ganando la clasificatoria de Estados Unidos, y Keston Bledman de Trinidad y Tobago, al que nadie tiene en cuenta, pero ya marcó 9,86 esta temporada. En Europa apuestan al francés Cristophe Lemaitre, el niño bonito, quien tiene mucho carisma pero sus 9,92 del 2011 no le alcanzan para entrar en la discusión. Desde ya, y esto es un hecho, será una final con, al menos, cuatro atletas bajo los 9,80 segundos.
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En 200 el duelo parece circunscrito a Bolt y Blake. El campeón olímpico hizo 19,18 en Berlín el 2009 y Blake contestó con 19,24 el año pasado. Será un duelo sangriento. Aquí sí Lemaitre puede pelear una medalla, pero de bronce. A él lo acompañarán Wallace Spearmon de Estados Unidos quien de seguro romperá los 19,70 (que no serán suficientes) y el veterano holandés (ex Antillas Holandesas) Churandy Martina. Este último bajó los 20 segundos este año y quiere una revancha luego de la descalificación en Beijing donde le quitaron la plata por invadir la pista vecina. Es un competidor, pero no un candidato.
En definitiva es un duelo de a dos: Usain y Yohan. Si se van mano a mano podemos apostar a un nuevo récord, ya no mundial, sino que intergaláctico.