Quiste sebáceo

El naufragio de la Segunda División Profesional, es aterrador pero no sorprendente.

Si a Harold Mayne-Nicholls lo mató el autoritarismo y la soberbia, a esta administración de la Anfp la va a aniquilar su falta de tino y codicia infinita. El último ejemplo, naufragio de la Segunda División Profesional, es aterrador pero no sorprendente. En estas mismas páginas (columna “De qué sirve esto” publicado en Publimetro en febrero del 2012), se hicieron las preguntas atingentes en el momento que correspondía.

Cito textual lo publicado entonces:
“En primer lugar, y esto es justicia, la Anfp se ha metido en un lugar que le pertenece por reglamento a la Anfa, es decir, manejar una división bajo la Primera B. Segundo, según reglamento de la Federación de Fútbol de Chile, está prohibido la creación de nuevas divisiones. Por lo tanto, la recién parida Segunda División Profesional, vulnera todos los papeles”.

“20 equipos en Primera A, 14 en Primera B, 11 en la Segunda División Profesional y 11, después de que les robaron seis, en la verdadera Tercera División. Un imbunche sin ton ni son, que contraviene todas las normas de la lógica”.

“Según reglamento, la Segunda División Profesional tendrá un cupo de dos extranjeros para los equipos que vienen de la Tercera y cinco para las filiales. Aquí el asunto se vuelve derechamente sospechoso. Colo Colo, por ejemplo, con dificultad logra reunir siete foráneos de mínimo nivel y ahora tendrá que sumar cinco más ¿Quiénes serán los grandes favorecidos con esto? ¿Los clubes? Por supuesto que no. ¿El desarrollo del fútbol chileno? El día del melón con peluca a las tres en punto de la tarde. Los únicos favorecidos son los empresarios de jugadores, a los cuales se les amplía el mercado para traficar troncos“.

Pues bien, siete meses después de publicadas estas aprensiones, la “Segunda División Profesional” murió porque la mayoría de los clubes no fue capaz de pagar, ni siquiera, la cuota de inscripción (220 millones pesos). Cero respuesta en las tribunas, nivel futbolístico lamentable, planteles falsos. La palabra “fracaso” ronda en Quilín, mientras se hace todo tipo de malabares para salvar el tinglado que tiene a la directiva de la Anfp seriamente cuestionada por su inoperancia. Por el momento el torneo está suspendido, mientras que la mayoría de los jugadores no sabe cómo ni cuándo le pagarán sus sueldos.

El daño ya está hecho, suponemos que Sergio Jadue no persistirá en el error. Esto es, sólo queda anular para siempre este campeonatito de mentira hecho con el único propósito de traficar jugadores. De aquí hasta el final del 2012 está todo perdido y el costo social ni puede ser cuantificado. Los futbolistas deberán sobrevivir como puedan y los clubes que se lo tomaron en serio y cumplieron, como Iberia, anotarán los números como pérdidas.

¿Qué hacer? Volver el 2013 a la antigua Tercera División, absorbiendo los equipos que quedaron al garete y las filiales. Pero, lo más importante, es sacar las lecciones que corresponden. La primera: nunca más dejar destruir las bases lógicas del fútbol chileno con la mera suposición de que el negocio siempre puede rendir otro poco (o que las piedras dan jugo de naranja si se le exprimen). Nunca más dejar que los campeonatos los armen los empresarios y traficantes de jugadores. Nunca más un quiste sebáceo en nuestro fútbol. Estaban advertidos, no hicieron caso… el resto es historia.

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