El Gráfico Chile

Sergio Livingstone a El Gráfico: "Soy el mejor arquero en la historia del fútbol chileno"

La frase se la dijo a Luis Urrutia y Juan Cristóbal Guarello en 2009, cuando se cumplieron 50 años de su retiro. Revisa aquí aquella entrevista inolvidable con el gran Sapito.

Una producción de los ochenta junto a otros grandes: Leonel Sánchez, Carlos Caszely, Elías Figueroa y Enrique Hormazábal. Revista Minuto 90

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La pose clásica de Livingstone para atrapar el balón. Esta maniobra le valió el apodo del “Sapo”, el que nunca le gustó demasiado.

-¿Su vida en Buenos Aires cuando se fue a Racing?

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-Vivía en una pensión en Suipacha 463, cerca de Corrientes. Mi compañero era Severino Varela, el uruguayo que había estado en Peñarol y usaba una boina blanca. Con la transferencia, me compré un sitio en El Golf, lo pasaba muy bien en Buenos Aires, cada mes ordenaba un traje en una sastrería. Ningún jugador de aquella época hizo fortuna, no existía Europa porque se hallaba en guerra, y el único que tenía auto en Racing era el Chueco Enrique García.

-Época de grandes jugadores…

-El mejor era José Manuel Moreno, que en 1949 vino a Chile y sacó campeón a Universidad Católica. Moreno era completo, organizaba, hacía goles, cabeceaba, tenía temperamento… Una noche en México se peleó con Kid Azteca (Luis Villanueva Paramo), quien era boxeador profesional. “Nos fuimos una y una”, me contó.

-¿Los principales cañoneros?

-Antes había pateadores terribles con la pelota pesada, no con la actual donde todos le pegan fuerte. En Argentina, Payo (Manuel) Pelegrina (Estudiantes de La Plata); Bernabé Ferreyra (River Plate); Agustín Cosso (Vélez Sarsfield); Herminio Masantonio (Huracán), Luis María Rongo (River Plate) y Evaristo Barrera (Racing). En Chile, Gurrieri (Santiago National Juventus), Carlos Ataglich (Badminton), Carlos Giudice (Audax Italiano), Alfonso Domínguez (Colo Colo), Perico Pedro Sáez (Universidad Católica), el Tigre Enrique Sorrel (Colo Colo) y Cañón Víctor Alonso (Universidad de Chile)…

-¿Su romance con Mirtha Legrand?

-Es un mito. Es más, no la conozco. Se le ocurrió a Pedro Fornazzari cuando era jefe de deportes de un diario y puso una fotografía con el rostro Mirtha atrapado entre mis manos… Una vez el humorista “Monicaco”, Luis Rojas Müller, me transmitió la queja de Mirtha… En otra ocasión, me hallaba cenando en el Pollo Dorado y me pasaron una tarjeta que decía: “Quiero conversar con usted”. Se trataba de un ex novio de Mirtha, a quien le conté la verdad. La barra de Universidad de Chile me cantaba que me fuera “a la misma Mirtha…”

Mostrando una de sus tapas en El Gráfico, en el homenaje que la revista le brindó en los Premios El Gráfico 2006.

-¿Otro mito?

-Que yo era cachiporra, cachetón. Me laceraba el alma ese tipo de críticas. Si cortaba un centro con una mano era porque me nacía hacerlo. Igual que la faja, rodear la cintura con la pelota y sacarla por el otro lado. También es una invención que más de una vez me robaron el balón o se me cayó y me anotaron el gol. Mentira.

-La Copa del Mundo Brasil 1950…

-Fuimos de casualidad porque Argentina no quiso participar en la eliminatoria. Con Bolivia perdimos 2-0 en La Paz y amenazaron con una pistola a nuestro entrenador Francisco Platko. En Santiago, les hicimos 5-0 y Platko quería humillarlos poniendo al arquero suplente, el Nano Fernández, de centrodelantero. Los dirigentes se opusieron… En el Mundial perdimos 2-0 con Inglaterra y con España. Nada que decir, eran mejores. Después goleamos 5-2 a Estados Unidos…

-¿El mejor gol que le hicieron?

-El paraguayo Manuel Lugo en la cancha mojada de Libertad, por las eliminatorias para el Mundial de Suiza. Cruzaron la pelota de lado a lado y él conectó de volea desde la derecha. El balón pegó en un palo, pasó detrás de mí, dio en el otro poste y se metió… Nos ganaron 4-2 en Asunción (14 de febrero de 1954) y 3-1 en Santiago (21 de febrero de 1954). En el Estadio Nacional, los jugadores paraguayos me levantaron en andas…

-Carlos Dittborn pensó en usted antes que en Fernando Riera para el proceso del Mundial de 1962.

-Los dos insistían en que hiciera el curso de entrenador. “Por ningún motivo”, les contesté. “Conozco a los jugadores. Los conozco demasiado”. Cuando nos concentrábamos en la Escuela de Carabineros, le decíamos al entrenador que íbamos a bajar la comida dando una vuelta a la cancha. En el medio de ella había una reja, por avenida Antonio Varas, y por allí entraban las botellas. Se sentaban a lo indio y bebían. Había jugadores muy curados… Los jugadores provenían de una extracción muy humilde… Cuando llovía, entrenábamos en un gimnasio y luego de un par de vueltas, el entrenador Hugo Tassara le ordenaba al Mono Rogelio Núñez que se subiera a abrir las ventanas, porque el hálito alcohólico se hacía insoportable…

-¿Era amigo de Julio Martínez?

-Sólo amigo de café, de compartir una mesa, nunca fui amigo íntimo. Era difícil trabajar en equipo con Julio Martínez. Él era muy individualista y el poeta de lo obvio. Leía las cartas de los bomberos, de los deportistas, de los rotarios… y así hizo su popularidad. En los programas de radio, llegaba 20 minutos atrasado y saludaba al aire. Otras veces, decía su comentario y se retiraba sin escuchar el de sus compañeros…

-¿Por qué los arqueros vuelan con mano cambiada?

-Porque utilizan la mano que más dominan. Los derechos la usan hacia su izquierda y los zurdos hacia su derecha. Es algo instintivo. Eso es todo.

-¿Qué arqueros chilenos destaca?

-Escuti me encantaba, Rojas también, el actual, Claudio Bravo, es muy bueno.

-¿Se siente el mejor arquero chileno de la historia?

-Yo digo: jugué 22 años y 18 en la selección, en Argentina cuando había puras estrellas, fui capitán de todos los equipos donde estuve, creo que soy el mejor.

-¿Y si Roberto Rojas no se corta en el Maracaná?

-Me embarra, si el Cóndor no destruye su carrera como lo hizo, él es el mejor y me embarra bien embarrada mi carrera…

Su primera portada en la revista argentina El Gráfico…

Edición Nº 1.181 del 27 de Febrero de 1942, la primera tapa de El Gráfico para el Sapo.

-La camiseta era de la selección chilena de rugby, me la debe haber regalado Mauricio Waigner… La fotografía la hicimos en el estudio de El Gráfico, en Buenos Aires, rumbo a Chile después del Sudamericano de 1942. Tomamos el barco en la noche en Montevideo y llegamos en el día a Buenos Aires… Yo no había viajado al Sudamericano de Montevideo 1942 porque me peleé con Alfredo Vargas, quien había sido árbitro y presidía la delegación. Llegué tarde al gabinete de identificación del Registro Civil, que quedaba en General Mackenna. En el primer encuentro jugó Mario Ibáñez y Chile perdió 6-1 frente a Uruguay; en el segundo, ante Brasil actuó Hernán Fernández y Chile volvió a perder 6-1. Me llamaron de urgencia y caímos 2-0 ante Paraguay. En el partido con Argentina nos retiramos a los 41 minutos porque el árbitro peruano Enrique Cuenca no cobró dos penales: marcó las faltas pero afuera del área. Después, nos pegamos el cacho de lo que hacíamos y al regresar hacia la cancha nos cruzamos con Argentina en el pasillo…

¿Cuál era su receta en los penales?

Imagen del archivo digial del diario El Pingüino de Punta Arenas. Sapito se tira para un lado, la pelota ingresa por el otro.

-Me paraba más cerca de un poste, nunca en el centro del arco, en tensión, listo para arrojarme sobre el otro palo. La tentación era muy grande para el pateador… En televisión lo que más les critico a los arqueros es que no esperen, que no permanezcan en su puesto hasta que el ejecutante dispare…

-Dos veces he publicado una fotografía donde usted aparece tirándose antes en un penal…

-¡Imposible! ¡Esa fotografía no existe! (observa el archivo digital del diario El Pingüino, de Punta Arenas) ¿De dónde sacó esta fotografía? No la recordaba para nada… Me mató la ilusión… Esto confirma que uno no debe sentenciar. Me arruinó el día… ¿Qué voy a decir ahora? Esta no se la voy a perdonar, no señor…

Al día siguiente, en una conversación telefónica, el Sapo seguía rezongando. “Puchas que estoy amargado con esa fotografía…”.

Juan Cristóbal Guarello y Luis Urrutia en la oficina del Sapito en TVN: “Puchas que estoy amargado con esa fotografía”, dijo después de la nota.

Dijo El Gráfico un día

La revista le dedicó ocho páginas a Sergio Livingstone en su adiós en 1958: “Se retira un caballero del arco, un señor del fútbol que le puso cuello y corbata al balompié de su país tanto por su señorío como por su conducta. Técnicamente Livingstone fue un arquero con defectos. No era por cierto un estratego del juego que se desarrollaba lejos de su zona. Fue un admirable atajador de pelotas, más admirable todavía por no conformar un arquero elástico sino un hombre con tendencia a lo que llamamos físicamente pesado, pero aquí sí que tuvo estrategia, la estrategia de saber ubicarse para detener la pelota, la de saber tapar con ubicación lo que los arqueros de su tipo pretenden tapar con elasticidad, y allí fue donde se agigantó su figura, mucho más cuando actuó rodeado del clima propicio de su ambiente. En esas circunstancias fue un gigante entre los tres palos que al cabo de muchos partidos contra los argentinos ganó el derecho a que se lo reconociera como el arquero extranjero que más gritos de ¡gol argentino! dejara truncos en las gargantas de nuestros jugadores, radiocronistas e hinchas. Como tal lo saludamos: como el adversario-caballero y el adversario-muralla”.

Homenaje

El Sapito abraza a su hijo mayor, Sergio, el día de su partido de despedida: “Fue la única vez que lloré en una cancha”.

“Los dirigentes le pidieron al Presidente de la República que me hiciera entrega de un recuerdo en mi partido de despedida, pero Jorge Alessandro Rodríguez contestó que eso le correspondía al ministro de Defensa, de quien dependía el deporte. Al final, se acercó mi hijo mayor, Sergio, al que estoy abrazando. Esa noche el dúo Sonia y Miriam me dedicó la Canción del Adiós. Fue la única vez que lloré en una cancha. Yo pololeé con Sonia, la Única, y Fernando Riera con Miriam… Hubo un clásico, Recuerdos de Cocoliche, y después por primera vez Chile le ganó a Argentina (4-2, el 18 de noviembre de 1959 y Livingstone jugó simbólicamente algunos minutos para ser reemplazado por Raúl Coloma)”. Atrás aparecen, de izquierda a derecha, Leonel Sánchez, Bernardo Bello, Armando Tobar, René Meléndez, Raúl Sánchez, Sergio Navarro y Hernán Rodríguez. Arriba: su Premio a la Trayectoria Deportiva, otorgado por El Gráfico Chile en 2006.

Sudamericano de Santiago 1945

Jornada inaugural del Sudamericano de Santiago 1945, posan los capitanes: Julio de la Hoz (Colombia), Roberto Porta (Uruguay), Vicente Arraya (Bolivia), Sergio Livingstone (Chile), José Salomón (Argentina) y Domingos da Guía (Brasil).

“Jugué bien todo el torneo. Desde el primer hasta el último partido. Mi mejor actuación fue ante Argentina: 1-1. Abrió la cuenta Desiderio Medina, atajé una barbaridad hasta que el Tucho Norberto Méndez hizo la diagonal, se fue paralelo al arco y sacó un tiro de izquierda cruzado”.

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