El bamboleo de la banca

La evaluación de los dirigentes suele ser miope, de corto alcance y determinada por el aplausómetro.

En Chile la sentencia fue popularizada por Fernando Riera en la década del 60, pero pertenece al argentino Alejandro Scopelli, quien la publicó en su libro “¡Hola, Míster!” (El fútbol por dentro) en febrero de 1957: “Los entrenadores pasamos de bestiales a bestia en una semana”.

También en referencia a las vicisitudes de los técnicos, Víctor Alonso, cañonero de Universidad de Chile campeón 1940, lanzó en 1969 un libro titulado “La banca se bambolea”.

En tanto, el Cabezón Orlando Aravena repetía a fines de los años 80: “A los entrenadores nos contratan por buenos y nos echan por malos”.

Antes del partido con Argentina, la encuesta de un canal de televisión arrojó que el 79 por ciento de los hinchas era partidario de que cambiaran al técnico de la selección.

La respuesta de los alumnos porros que estudiaron como orates para que no echaran al profesor buena onda, dejó la decisión de la Anfp en foja cero. La evaluación de los dirigentes suele ser miope, de corto alcance y determinada por el aplausómetro. Así llegó Claudio Borghi, el candidato del pueblo.

Ahora en Quilín preparan un documento que Borghi debería firmar para continuar en el cargo (a los mayores eso nos recuerda el estatuto de garantías constitucionales que el Partido Demócrata Cristiano le exigió a Salvador Allende para que en octubre de 1970 el Congreso lo ratificara como Presidente de la República). Por eso el Bichi citó a conferencia de prensa el viernes. Allí reiteró su falta de estudios, su mala educación, sus garabatos y su gracia, que tanto le celebran algunos. Dado que él se siente un gran danés, trató de chihuahua a tres personas que no identificó y que querrían sacarlo.

Como el fútbol es presente y mandan los resultados, el nuevo candidato del pueblo es Jorge Sampaoli, de brillante campaña en Universidad de Chile. Si esto sucediera los más felices serían quienes practican un periodismo caníbal, porque Sampaoli le agregaría bencina al fuego y lo primero que haría sería citar a Johnny Herrera. Y seguramente a Jorge Valdivia… El otro feliz sería el presidente de Azul Azul que le confió a un amigo de la colonia israelita que el entrenador lo tenía hasta más arriba del paracaídas con sus exigencias y sus errores en contrataciones como la del ecuatoriano Eduardo Morante.

La labor de Sampaoli al frente de Universidad de Chile lo ha colmado de elogios y con razón. Pero el casildense es humano y se equivoca. Cuando iba a enfrentar a Boca Juniors en la Copa Libertadores, resolvió que la delegación estuviera dos días antes en Buenos Aires para dedicarse a atender todos los requerimientos de la prensa compatriota. Y viajó con su polola rancagüina, lo que cayó mal en el plantel.

La segunda opción de Quilín son los rosarinos Gerardo Martino, quien vistió la camiseta de O’Higgins 1996, y su ayudante Jorge Pautasso, zaguero de Deportes Antofagasta 1991 y Deportes Temuco 1992.

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