Don Juan Poroto

Lamentablemente, por propios errores y los fríos números, a Borghi cada vez le queda menos crédito.

A 12 mil kilómetros de distancia y 25 días después de su polémica conferencia de prensa tras la derrota ante Argentina (la tercera consecutiva camino a Brasil 2014), Claudio Borghi volvió a hablar con la prensa. Lo hizo en Saint Gallen, Suiza, sede del amistoso de esta tarde ante Serbia.

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Menos beligerante y algo más relajado que aquella vez en la sala Sergio Livingstone de Pinto Durán, Borghi reiteró que “no está ni cerca de irse”, que tiene “el convencimiento de que Chile va a clasificar al Mundial” y profundizó (sic) sobre la ausencia reiterada en sus nóminas de algunos jugadores que cumplen destacadas campañas en el fútbol internacional.

Nombres como los de Marco Estrada (Montpellier de Francia), Fabián Orellana (Granada de España) y Esteban Paredes (Atlante de México) no han aparecido en las convocatorias de La Roja a pesar de llevar varias temporadas en el extranjero (Estrada), ser titulares indiscutidos en sus equipos (Orellana) o estar en rachas positivas que los convierten en uno de los goleadores del torneo que disputan (Paredes).

Ante los cuestionamientos periodísticos por esas ausencias, Borghi afirmó que “el problema es que cada vez que alguien empieza a hacer muchos goles hay que llamarlo. En el caso de Paredes yo ya lo dije antes, para mí no es un ‘9’, es un ’10 y medio’, un mediapunta. Yo no puedo andar citando jugadores por cada gol que hacen”, remató. Y luego, para cerrar su explicación, el Bichi sacó aquellas frases de su repertorio simpaticón para disparar que “ustedes los periodistas, cada vez que armo una nómina me piden que convoque a Juan Poroto. Siempre buscan algo para criticar”, afirmó el entrenador.

Tiene razón Borghi, en general los periodistas, sobre todo cuando los resultados son negativos, no se ven actuaciones satisfactorias en la cancha y desde la banca no aparecen soluciones lúcidas a los problemas, somos agujas y de crítica fácil. Sin embargo, les guste o no a los protagonistas del circo -técnicos, jugadores y dirigentes-, así es este negocio: mucho elogio en las circunstancias felices y mucho palo cuando se baila con la fea.

Borghi, como cualquier seleccionador, tiene todo el derecho a llamar al jugador que estime conveniente y dejar de convocar a uno u otro futbolista que no le llene el paladar. ¿No le gusta Paredes? Bueno, que siga intentando con Suazo, Pinto, Vargas y todos aquellos que tienen a la Roja sumida en una alarmante sequía frente al arco rival. ¿Qué no necesita a Estrada? Perfecto, sigamos apostando todo a Marcelo Díaz, Arturo Vidal y Gary Medel en la contención, tres que (especialmente el de Juventus y el de Sevilla) han hecho más noticia fuera de la cancha que con su rendimiento futbolístico durante las Clasificatorias. ¿A Borghi no le gusta Orellana? No hay problema, que la única opción de desequilibrio ofensivo continúe siendo el hace rato irregular Alexis Sánchez.

Porque le guste o no a nuestro entrenador, la prensa y también el hincha, tienen todo el derecho a cuestionar la conformación de las nóminas y preguntarse el porqué jugadores de buen desempeño en el extranjero no están siendo considerados, especialmente cuando hace rato que la Roja no suma puntos, ni muestra un rendimiento parejo y reconfortante.

¿Así que Paredes es más diez que nueve y por eso no lo llama? Mal pues. Si es verdad que es más volante que centrodelantero resulta que igual se las arregla para hacer goles todas las semanas y podría ser una alternativa a Matías Fernández en la creación (¿o a Borghi ya se le olvidó el pobre desempeño de Sánchez y Jorquera cuando han reemplazado en el armado al ex Matigol?).

Hoy frente a Serbia se trata sólo de un partido amistoso, pero la complicada situación del equipo de Borghi no da para otra presentación deficiente en lo futbolístico. Más allá del resultado, esta tarde en Suiza la Roja debe mostrar una cara que se parezca más a esos 25 minutos iniciales frente a Argentina que al desilusionante nivel del equipo ante Colombia y Ecuador. En marzo, con Perú en Lima y ante Uruguay en Santiago, se jugará parte importante del pasaje a Brasil 2014.

Lamentablemente, por propios errores y los fríos números, a Borghi cada vez le queda menos crédito. Ojalá esta tarde el técnico no vuelva a gastar recursos de su escuálida línea de crédito. La Selección necesita urgentemente empezar a levantar el vuelo para reconstruir la confianza de cara a los desafíos de marzo, aunque sea utilizando a don Juan Poroto si es necesario…

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