La tarde del sábado fue aciaga para Colo Colo. / Agencia Uno.
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Por Alejandro Duarte
Columna del movimiento Colo Colo de Todos
El año comenzó peor de lo esperado, si consideramos que el segundo semestre del 2012 encontramos una oncena titular, una base de reservas y un equipo que mostró a lo menos una idea colectiva de juego. Se ganó la fase regular y se clasificó a una copa internacional. Mucho para los descalabros de los últimos años, poco para lo que dicta nuestra rica historia.
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Dejemos de lado la ineptitud de la concesionaria y su nulo proyecto deportivo, hablemos de lo que pasa en la cancha, de Labruna y sus dirigidos. Colo Colo ante Iquique volvió a mostrar los errores de la primera fecha, un equipo partido que no sabemos aún si quiere atacar o defenderse. Hasta el momento se hace ambas cosas mal, muy mal.
Desechada la utópica línea de tres, nuestra defensa no funciona con ninguna combinación de jugadores, la ofensiva rival siempre se vio más rápida y provocó desequilibrio. No funcionan las coberturas, los anticipos, ni siquiera la mínima comunicación entre defensa y arquero. Nuestra retaguardia siempre se vio despoblada y superada en el uno a uno. Acá más que estar faltos de trabajo en la semana, sencillamente creo que los defensas no cuentan con las competencias necesarias. No reforzarse en esa zona claramente fue un error.
En el mediocampo defensivo se genera gran parte del problema: un novel Pavez se pierde en la cancha, dejando un vacío en nuestro terreno que De La Fuente no alcanza a cubrir. Hay que sumar el nulo aporte en los relevos de los laterales. Por la izquierda Domínguez deambula en la cancha desde San Carlos de Apoquindo. La llegada de un especialista a la contención como Cardacio debería ayudar en la fechas venideras.
Arriba no nacen sociedades, cada uno juega su partido aparte, solo Vecchio se rescata en parte. Las únicas jugadas de peligro nacieron de patriadas del Gordo. Flojo Olivi, olvidable Carlos Muñoz que no pudo recuperarse emocionalmente de la clara opción errada en los albores del partido. Impensadamente Gerson Martínez aparece mereciendo más tiempo en cancha, haciéndose notar los pocos minutos que ha jugado.
Como ya es costumbre en los últimos años, el verano futbolístico nos golpea de entrada con un asoleado recordatorio de cuáles son nuestras aspiraciones de competir. Para mejorar queda muy poco margen.