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Por José Pablo Harz, enviado especial a Antalya (Turquía) de El Gráfico Chile
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A los famosos y crípticos secretos de camarín que ya existan, la selección chilena sub 20 seguramente tendrá que sumar uno nuevo. Y uno bien particular. Independiente de los éxitos o fracasos que se cosechen sobre los pastos del Akdeniz University Stadium, los jugadores recordarán a sus valientes compañeros que, ante el apuro biológico, debieron utilizar la placa turca (una letrina con piso antideslizante), uno de los dos baños disponible en los vestidores del recinto. El otro es normal. Un guáter.
Más allá de lo anecdotario del baño, el estadio que albergará –de seguro- los tres primeros partidos de la Roja en el Mundial sub 20 de Turquía, fue construido recién el año pasado. Y eso se nota en la pulcritud de las instalaciones capaces de albergar a 8 mil personas. No hay asientos que falten ni rayados en las paredes; a lo más un corazón mal dibujado con el nombre de dos amantes.
Aunque a una semana del torneo aún se trabaja en detalles, lo fundamental está listo: sala de prensa, palcos, ascensores, tribunas, publicidades electrónicas. Todo perfectamente dispuesto alrededor de una impecable cancha que replica las mejores alfombras turcas.
El estadio, que en el año es ocupado por el Antalyaspor (equipo “ascensor” en Turquía), está ubicado en un campus universitario enorme. Más de 900 hectáreas por las que desfilan 32 mil alumnos aspirantes a convertirse en científicos, ingenieros o abogados. Muchos de ellos son chicas universitarias que no pasan desapercibidas, algunas, a pesar de llevar puesto un hiyab (pañuelo con que las mujeres musulmanas se cubren el cabello por motivos religiosos o como símbolo de rechazo a la globalización cultural). Ellas, de seguro, serán otro de los temas recurrentes en el camarín de la “Roja”. Y eso no es un secreto.