El Gráfico Chile

El mundial más difícil de Bolt

Tras el escándalo de dopaje, la pista quedó relativamente limpia para el actual récord del mundo de los 100 y 200 metros en el próximo mundial de Moscú.

Como en un libreto copiado cayó en esta pasada Asafa Powell, jamaicano ex récord del mundo y estandarte de la lucha a favor de la competencia limpia. Powell pedía a los cuatro vientos que lo controlaran cada vez que quisieran. Misma cosa el estadounidense Tyson Gay. El ex campeón mundial de Osaka 2007, última vez que le ganó a Bolt, no dejaba de alabar a Dios por las redes sociales y dar gracias de haber recuperado su mejor forma a escasas semanas del mundial de Moscú. “Soy un hombre religioso, por lo que realmente creo que las habilidades que me entregó mi Dios” clamaba el velocista. Tyson Gay era uno de los rostros reclu- tados por la WADA (Agencia Mundial Antidopaje) para su programa “Project Believe”, puesto en marcha para recuperar la dañada reputación de la velocidad norteamericana luego de los positivos de Justin Gatlin y Marion Jones. Hoy todo ese esfuerzo y confianza figuran en el tarro de la basura, y las palabras del presidente de la WADA John Fahey acerca de que “la lucha contra el doping jamás se ganará” no hacen más que plantear la pregunta de cuánto falta para que tropiecen los más grandes de todos, encabezados por Usain Bolt.

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La pista quedó relativamente limpia para el actual récord del mundo de los 100 y 200 metros en el próximo mundial de Moscú. Justin Gatlin asoma como el contendor más fuerte, ante la ausencia por lesión del actual campeón mundial, el también isleño Yohan Blake, otro que dio positivo antes de cumplir los 20. Pero con menos rivales que nunca, éste será el Mundial más difícil de Usain Bolt. Entre quienes fueron suspendidos están sus compañeros, los mismos con quienes corre los relevos que baten récords. Los que entrenan a su lado a diario. Más aún: el propio Bolt es el responsable de haber encantado nuevamente al público con la velocidad, prueba demasiado pisoteada por sus propias estrellas: Tim Montgomery, Marion Jones, Justin Gatlin, Lindford Christie, Ben Johnson, Katrin Krabbe, Jon Drummond, Kostas Kenteris…

¿Realmente estamos para creer que Bolt es el único que no se dopa, que jamás vio nada extraño en sus compinches de pista? Vaya uno a saber si el público en Moscú, a dos semanas que empiece un nuevo mundial, estará dispuesto a hacer la vista gorda y seguir considerando a Bolt como un prodigio, una rareza dentro de una práctica de dopaje que los envuelve a todos, menos a él. Pero se hace cuesta arriba pensar en que lo aplaudirán por haber salido libre de polvo y paja del peor capítulo para el deporte de Jamaica. Un episodio mortalmente parecido al escándalo Festina y con un protagonista calcado a Lance Armstrong, un dios del deporte que se creía eterno e intocable, que se salvó durante años pero que terminó cayendo desde todos los precipicios posibles. Luego de este última sacudida a la fe del público, algunos ya creemos que la única diferencia entre ambos, por ahora, es una muestra de orina propia.

 

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