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Por Eduardo Bruna
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Está cansado, todavía tiene sueño, pero el ánimo intacto si se trata de hablar de Colo Colo. En el borde costero de Viña del Mar, la ciudad que lo acoge desde 1998, Gabriel Mendoza despliega toda su artillería contra Blanco y Negro, como nos cuenta que lo hizo la noche anterior, en el programa Vértigo, de Canal 13. Como lo viene haciendo desde que llegó a la conclusión que, de no haber pronto un radical cambio, el Cacique está lejos aún de tocar fondo. Como él mismo lo explica, mientras el mar se agita y una tenue llovizna avisa que aún estamos en invierno, “tocar fondo sería caer a Segunda. Y eso, que hasta hace apenas unos meses nos parecía poco menos que imposible, podría perfectamente darse si el equipo no repunta y sigue dando pena, como hasta ahora”.
De Santiago llegó –nos cuenta- pasadas las 4 de la madrugada. Pero aquí está, sentado en ese café escogido para recibir a El Gráfico y continuar con un desahogo que más de alguno podría confundir con una simple diatriba, aunque eso a él está bien lejos de preocuparle. Señala:
No es lo habitual que un ex jugador critique a los de ahora. Dicen que ello va en contra de los códigos. Pero creo que el momento del Cacique es tan crítico que aquellos que alguna vez vestimos esa camiseta no podemos quedarnos impávidos. Para decirlo pronto y directamente, creo que éste es el peor Colo Colo en muchos, pero muchísimos años. El equipo no juega a nada y no hay jugadores de nivel, pero la culpa es en primer término de Blanco y Negro. Esa gente, que no sabe y no entiende lo que significa Colo Colo en el alma del pueblo, está destruyendo el club, lo está llevando al despeñadero. Según leí por ahí, creo que sólo en la década de los 40 había existido una campaña peor que la de ahora. ¡Si estamos en los últimos lugares, en circunstancias que históricamente ser segundos o terceros era considerado un fracaso…!
¿Cuál crees, Coca, que es la solución?
Que esta gente se vaya. Para empezar, han dado sobradas muestras de ineptitud y, lo que es peor, han demostrado reiteradamente que ni siquiera son colocolinos. Que les interesa la plata, nada más. Contratan jugadores de bajo nivel y así les está yendo. Dejan ir a Paredes, el mejor jugador que teníamos, y después, desesperados, intentan compensar la partida de Carlos Muñoz con la llegada del Pato Rubio. Pero aunque ofrecen más de lo que habría significado renovarle a Esteban, tampoco es tanto como para ganarle la pugna a la U, que termina quedándose con el delantero. El resultado es que con esa política de almacenero rasca nos hemos llenado de jugadores mediocres. A mí el Guatón Vergara (Jorge) me hizo un seguimiento de dos años antes de que me contratara Colo Colo. Ahora, en cambio, cualquiera se pone la alba.
Colo Colo no sólo no gana, hasta antes de perder con San Luis, un cuadro de Primera B, llevaba cuatro partidos sin anotar un gol.
Pero si frente a Unión ni siquiera se procuraron una oportunidad de gol. ¡Ni una sola en 90 minutos…! El equipo es malo, malísimo, y lo que es peor ni siquiera tiene sangre, capacidad de reacción. Antes Colo Colo podía ir perdiendo 2 a 0, pero si quedaban 15 ó 10 minutos todos sabían –empezando por el rival- que se podía dar vuelta. Y algo así se logró tantas veces que en eso, entre otras cosas, se fundaba la razón de su grandeza. ¿Cómo puede ser que Vilches haya reconocido después que se derrumbó tras haber cometido frente a Unión dos o tres errores que pudieron costar goles? Si tiene 30 años, no es un cabro que recién se inicia… Y si anímicamente se derrumba significa que, desgraciadamente, no es jugador para Colo Colo.
Tendrás claro que, pese a todo, Blanco y Negro no piensa soltar la concesión.
Lo tengo claro. Pero por eso es bueno que sigan inscribiéndose miles y miles de socios, para demostrarles que arruinar y destruir a Colo Colo no les va a salir gratis. No sé cómo, pero hay que recuperar el club para los colocolinos. A ellos tener socios no les interesa. Al contrario: saben que mientras menos existan, ellos pueden seguir haciendo lo que se les antoje. Sólo les interesan los abonados, porque eso significa plata. Y ya basta. Aparte de pésimos resultados, ha habido cosas extrañas, que refuerzan mi idea de que a ellos el club, y lo que significa para la mayoría del pueblo, los tiene sin cuidado.
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¿A qué te refieres con cosas extrañas?
¿Cómo puede ser que al paraguayo Osmar Molinas, que no jugó nunca, lo hayan traído según Blanco y Negro por 500 mil dólares en circunstancias que él mismo declaró luego que sólo había recibido 100 mil? ¿Cómo puede ser que Carlos Tapia, que las hizo de presidente durante un año, haya cobrado 100 millones de pesos en asesorías? ¿Quién puede creer que se haya pagado 1 millón de dólares por el paraguayo Cabrera (Nelson), uno de los troncos más grandes que han pasado por el Monumental? ¿Cómo pudo ser posible que a Chamaco, uno de los más grandes ídolos del club en toda su historia, una vez esta gente le haya negado el acceso al estadio? ¿Cómo puede ser que a esos ex jugadores que tienen escuelas de fútbol de Colo Colo les cobren una franquicia cuando, aparte de hacer una labor social, hasta les envían chicos con condiciones para fortalecer las series inferiores?
¿A ti te han cobrado?
Claro, por la escuela que tengo acá en Viña del Mar. Pero yo los mandé a la cresta. Me pedían 230 lucas y yo no se las voy a pagar. Si no les gusta, la escuela pasará a llamarse Coca Mendoza y se acabó. Yo no voy a contribuir con la frescura de esta gente, que le ha cobrado a Juan Peralta y a Rubén Martínez, entre otros campeones de América. ¿Sabes por qué con este sistema de Sociedades Anónimas a la U le ha ido bien y a Colo Colo como el ajo? Porque la gente que forma Azul Azul es verdaderamente hincha del Chuncho. Lo han sido de toda la vida. Los de Blanco y Negro, en cambio, sólo son negociantes, advenedizos que no están ni ahí con destruir al club más grande y popular de Chile.
¿Pensaste que con Benítez y Salah la cosa cambiaba?
Pensé que sí, a pesar de que a fines de 1995 Gustavo me limpió a mí y a Margas, entre otros. No sé por qué. Debe habernos considerado cabrones. En cuanto a Arturo, pensé que con él se acababa al menos la llegada de muertos al equipo, pero seguimos en las mismas. En vez de traer cinco o seis jugadores mediocres, ¿por qué no traen mejor dos, pero realmente buenos? Llega Toledo como gran solución, pero ocurre que los hinchas de Rosario Central estaban felices cuando supieron que se habían operado de él. ¿Quién lo conocía? ¿Qué méritos tenía? Algunos hasta cometieron la barbaridad de compararlo con Dabrowski (Ricardo). ¡De dónde…! El Polaco a lo mejor no era muy hábil, pero en el área te mataba.
De acuerdo a lo que tú mismo señalas, el panorama no puede ser más negro…
Es que no se necesita ser un experto en gestión, finanzas o fútbol para darse cuenta que Colo Colo así no puede continuar. Creo que esta gente de Blanco y Negro deshumanizó el club, destruyó su alma, y que eso está incluso permeando a los actuales jugadores, que aparte de ser mediocres se han transformado en verdaderos funcionarios. En mis tiempos nosotros nos sentíamos felices y orgullosos si al estadio o al camarín llegaban jugadores de otras épocas, como Chamaco, Leonel Herrera o Caszely. Para los de ahora hasta parece ser una molestia que los de antes nos aparezcamos en la tribuna o los vestuarios.
¿Qué esperas de lo que viene?
Siendo realistas, que salgamos de zona de descenso. Pedirle más al equipo actual es un imposible. Y que la gente de Blanco y Negro deje su lugar a quienes realmente quieren y vibran con Colo Colo. Que ellos busquen en otros negocios la forma de hacer plata, pero que nos dejen a nosotros con la pasión que significa ser albo.
“Envié al Monumental un chico buenísimo, pero no les interesó…”
Le gusta Viña, pero nunca ha dejado de extrañar a su natal Graneros. El Coca, jefe de las Escuelas de Fútbol que financia el municipio Viñamarino, cuenta:
“Son 21 escuelas diseminadas por todo Viña del Mar. Digamos en la Viña del Mar desconocida, la que no aparece en los catálogos de turismo. Esa que cobija gente humilde y donde los problemas y dramas abundan. Donde hay que ser, aparte de director futbolístico, sicólogo y asistente social”.
¿Hace cuánto que trabajas para el municipio, Coca?
Hace ya seis años. Me llamó la Tía Coty (Virginia Reginatto). Tenemos más o menos 4 mil niños entre los 6 y los 16 años. Si alguno sale bueno, podrá ir a Everton o a Wanderers, de hecho aproximadamente diez chicos lo han logrado desde que estoy a cargo, pero no es ese el principal objetivo. El objetivo es social. Si te contara las historias de vida que hay detrás de muchos de estos chicos, se te encogería el corazón.
¿Es verdad que al mejor de todos los chicos lo enviaste a Colo Colo?
Es verdad. Dije: este tiene que ser para el Cacique. Y para el chico era un sueño cumplido: lo único que quería era llegar a Colo Colo. Ahora, sin embargo, está en Wanderers.
¿Y qué pasó?
Que nunca le dieron ni la más mínima ayuda. Ni siquiera para que se trasladara al Monumental. O ponían plata sus padres, o me metía yo la mano al bolsillo. Más de una vez conversé con el Chano Garrido, pero aunque me consta que le puso todo el empeño, la respuesta no varió nunca: el club no tenía plata.
Como tantas otras veces, mañana quizás Colo Colo llegue a lamentar tanta indiferencia.
Yo creo que ya lo deben estar lamentando. El chico, centrodelantero, es figura de la Rojita Sub 15. El otro día nomás me mandó fotos de una gira que hicieron por Italia. Se llama Paul Fernandois, otro proyecto de gran jugador que a Blanco y Negro no le interesó en lo más mínimo.