Columna de Guarello: El Guaripola

"Hasta el momento la ministra del Deporte, Natalia Riffo, mutis. Ni una palabra para detener a estos frescos. Viven de los impuestos, se regalan viajes, viáticos, congresos".

Por Juan Cristóbal Guarello

Pasan rápido, nadie se fija, siguen su camino. Luego oscurece. Algunas cosas que ocurrieron esta semana son evidentes llamados a la reflexión, y sin embargo lograron escurrirse entre las páginas y los medios, asomar la cabeza, para desaparecer sin dejar huella en la superficie. Pero abajo, sin remedio, siguen horadando.

Pensemos en la “carta compromiso” que la Federación de Gimnasia impone a los deportistas que quieran competir en los pre panamericanos y eliminatorias para los campeonatos mundiales. En ella se obliga a mantener silencio ante los micrófonos, prohíbe las críticas a la federación, a los integrantes del directorio. Quien no firme o rompa la imposición, será excluido de las competencias. Una “ley mordaza” de la peor calaña.

Dice explícitamente que el fin es: “mantener probidad con respecto a toda la información que le sea proporcionada, lo cual involucra las acciones de difundir información a través de medios escritos, electrónicos, televisados, radiales y redes sociales”. Luego remata: “la Federación queda facultada para excluirlos del campeonato y cualquier otra actividad futura, sin consideración de posibles atenuantes ni mediaciones en las que puedan incurrir el deportista, el entrenador o terceros”.

Sencillo: el que nos critique, lo echamos. Al que no le gusta, se va.

Y el acto inconstitucional no se refiere sólo a los gimnastas, incluye entrenadores, médicos, incluso familiares del entorno. Jorge Castro Morris, presidente de la entidad, impone una censura salvaje y vergonzosa. Ilegal antes de comenzar a discutir. Consultado el susodicho ante la medida patética, se defiende diciendo que “No es un documento definitivo”, que “En todas las federaciones del mundo se usa”.

Ridículo: “en todas partes del mundo se hace”, “en todas partes del mundo se contaminan los ríos”, “en todas partes del mundo se estafa a los jubilados”… Un genio. Lo que se hace mal en otras partes, valida hacerlo mal acá.

Y lo más divertido que la Federación de Gimnasia no genera un peso propio. Todo viene del Estado de Chile. Todo el financiamiento proviene desde Chiledeportes. Incluso los campos de entrenamiento y competencia son cedidos por los impuestos que pagan los 17 millones de habitantes de este país. Es decir, estamos subvencionando la censura, la ilegalidad, los actos inconstitucionales, el matonaje dirigencial, la desvergüenza estructural.

Hasta el momento la ministra del Deporte, Natalia Riffo, mutis. Ni una palabra para detener a estos frescos. Viven de los impuestos, se regalan viajes, viáticos, congresos. Luego hablan de la vocación, del sacrificio, de la patria cuando agarran vuelo… Lo más lindo es que se trata de la misma federación que vendió los implementos para pagar deudas, la misma que hostigaba y no inscribía a Tomás González en las competencias internacionales, la misma que definía cupos por parentesco en las selecciones, la misma que hizo el escándalo en los Odesur. Es decir, tienen un prontuario sobresaliente en arbitrariedades, malos manejos y actos impropios. Pero no se cansan. Siempre van por más, tienen la capacidad de sorprender.

Insisto ¿Qué hace la ministra para detener esto? Si es muy simple: si la Federación de Gimnasia insiste en la medida, se le quitan todos los apoyos económicos y se le impide utilizar la infraestructura deportiva estatal. No hacerlo, hacer manga ancha, será avalar y financiar el des- caro ¿Está claro?

Y Castro Morris, qué patas las suyas, qué aires para lim- piarse las nalgas con la libertad de expresión consagrada en las leyes ¿Quién le dio esa potestad? ¿Quién se cree que es para imponer verdades absolutas y versiones oficiales? ¿A qué le tiene tanto miedo que anda prohibiendo las entrevistas? ¿Qué esconde tras esta ley mordaza? Pobre Napoleón de manicomio, mal personaje de Moliere, panto- mima de una pantomima…

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