El Gráfico Chile

Belén Canessa: El otro refuerzo "de lujo" que se llevará la liga italiana

El handball nacional tendrá una nueva representante en Europa, pues la joven de 23 años pasará de Balonmano Ovalle al Nuova HF Teramo de la serie A1 italiana.

Demid Herrera Palacios
@DemidHerrera

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“No hay problemas en hacer la entrevista, pero ojalá sea en la tardecita. Tengo entrenamientos en doble turno entonces por eso es medio complicado”. Contactada por El Gráfico Chile, Belén Canessa se alegra por la chance de dar una entrevista por el gran paso que dará en su carrera y aunque al principio se sorprende por el conocimiento sobre ella, no tiene problemas en participar de una sesión de fotos y entrevista al mismo nivel que posaría cualquier futbolista que ­fiche en un club italiano. ¿La diferencia? La chica maneja la pelota pero con la mano, pues es una de las buenas figuras del handball nacional, al punto que el Nuova HF Teramo de la serie A1 italiana se decidió a ficharla y ahora en agosto partirá esta nueva aventura se mostró feliz de compartir.

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“La verdad es un cambio de vida súper grande pero tenía ganas de hacerlo. Mi fue traspasada a este club y estar con ella ayudará un montón”, inició esta jugadora que con 23 años quiere escribir su propia historia en el país de la bota.

¿Cómo se da para que una handbolista consiga la atención de un club europeo?
La verdad es que todo parte porque nuestro deporte no es tan conocido y uno sabe que la gente o tiene información, pero acá hay una liga que quizás no es la más competitiva, pero genera la motivación para que nos pique el bichito de salir a buscar una opción afuera. Ese es mi caso, y por eso estoy muy contenta por esa posibilidad.
¿Cómo se da una negociación para esto? Uno no imagina la presencia de representantes o intermediarios…
Jajajá, no. Cada una busca su futuro. Las que se han ido es por su cuenta para probar suerte, a probarse y ver si las contratan. algunas han seguido y hoy tenemos como seis compitiendo profesionalmente afuera.
¿Y cómo empezaste en esto?
La verdad de copiona. ­Nosotros somos cuatro hermanas y cuando estábamos en el colegio ellas entraron al handball como actividad extraprogramática. Con el tiempo cuando crecí me quise meter también y así se dio que las cuatro pasáramos por la Selección y nos encariñáramos con esto.
¿Ahora cuanto cambia la rutina en este desafío?
Es harto. La liga allá tiene treinta equipos y habrá que viajar por todo el país, dedicarse a entrenamiento físico y táctico en la semana y así seguir una rutina con todo lo que significa ser profesional.
¿Y cuáles son tus objetivos allá?
Aprender lo más posible. Mejorar en técnica y físicamente para poder aportar a la Selección cuando me toque. Yo juego de extrema por lo que el tema de la agilidad es importante y espero mejorar en todos los aspectos de este juego.
Pasando a ese tema, ¿cuál es la realidad de la selección nacional de handball?
La verdad es que estamos esperando técnico porque tras los Suramericanos renunció nuestro entrenador. Hay una generación muy interesante porque hay harta experiencia. Hay una base que fue la que clasificó al Mundial del 2009, algo que acá nunca se había conseguido, entonces se pueden hacer cosas importantes.
¿Y en comparación a los otros países?
Muy lejos aún. En Sudamérica la potencia es Brasil y aún no hay cómo ganarles. Tienen a todas sus deportistas jugando en Europa, son multicampeonas y debemos seguir luchando para poder darles pelea.
¿Ha mejorado el apoyo económico con el tiempo?
Sin dudas. En los primeros campeonatos que competí por Chile eran nuestros papás los que costeaban todo, pero con el tiempo eso ha cambiado. Hoy es el Comité Olímpico el que financia todo y eso es un apoyo fundamental porque uno se preocupa sólo de competir.
¿Y cuáles son los costos personales que ha tenido todo esto?
El esforzarse harto. Yo tengo más que claro que no voy a vivir del handball y por ello estudié nutrición, pero siempre tuve el sueño de competir profesionalmente y ahora se cumplirá. Me propuse terminar mi carrera lo más rápido posible y era pesado entrenar, estudiar y todo, pero con sacrificio si se puede.
Y los clásicos de cualquier deportista con poco tiempo para familia, amigos…
Claro. Uno se pierde cumpleaños, celebraciones y las amigas se molestan un poco porque uno tiene poco tiempo para salir. De pololos ni hablar jajajá, porque entrenando y estudiando era difícil y más ahora que me voy a Italia.
Tendrá que aparecer un italiano entonces…
Puede ser, la verdad es que una nunca sabe…

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