Columna de Guarello y el asesinato de barrista de la U: 30 balazos al búho de Minerva

"Estupor causó el asesinato de Claudio Romeo Sarti alias "Joker", uno de los líderes del Movimiento Los de Abajo".

Agenciauno

Por Juan Cristóbal Guarello

Estupor causó el asesinato de Claudio Romeo Sarti alias “Joker”, uno de los líderes del Movimiento Los de Abajo, escisión de la barra de Universidad de Chile, pero también delincuente común con varias condenas y expediente abultado con decenas de delitos. Fue un tiroteo infernal, donde al menos 30 proyectiles impactaron en el vehículo Mazda que conducía. El hecho policial, con claros trazos de ajuste de cuentas entre hampones donde hubo también dos muertos y dos heridos más, no nos interesa en sí, lo que debe llamar a la reflexión es como un personaje con estos antecedentes y este trágico final en algún momento llegó a encabezar un grupo importante de seguidores azules ¿Qué vínculo puede tener el malogrado “Joker” con los valores que históricamente defiende la universidad que por esencia define la república desde sus cimientos? La respuesta inmediata debe ser ninguno… Pero esta reacción de primera mano apenas se sostiene en una expresión de deseos, en lo que “debe ser” no en lo que “es” en la realidad.

Es bueno señalar que Romeo Sarti tenía prohibición de entrar al estadio por parte de Azul Azul hace más de dos años. La acción correcta no termina para aplacar el fenómeno. Lo concreto es que a la cúpula de las benditas barras bravas se llega, casi sin opción, por el camino de los balazos, los golpes y la hoja de antecedentes manchada. Es raro encontrar a un líder de estas agrupaciones que no cuelgue con varias condenas por robo, receptación, tráfico, agresión y en no pocos casos, homicidio ¿Alguna vez nos hemos sentado a reflexionar en serio sobre lo que pasa en las gradas y fuera del estadio? Entender el porqué de la existencia de estas agrupaciones delictivas disfrazadas de inocuos simpatizantes de una camiseta. Hace poco tuvimos balazos entre hinchas de Iberia y Curicó a propósito de un modesto e intrascendente partido de Copa Chile. Lo peor es que lo vemos como algo normal, algo posible, habitual. Incluso algunos trasnochados simpatizan con la violencia de las barras porque demuestran “pasión” y son “parte de la fiesta”. Como si no muriera nadie, como si fuera mero folclor.

No voy aquí a apuntar sobre Estadio Seguro y sus controles de identidad, su prohibición de banderas y la persecución sobre el bombo. No me interesa detenerme en la caricatura y el chiste fácil. El tema es otro, que el fútbol profesional paulatinamente se va transformando en sinónimo de violencia y el hincha se comienza a mimetizar con el delincuente en la imaginación colectiva. Lo ocurrido en Maracaná en ocasión del duelo entre España y Chile fue bien ilustrativo. Algo estamos haciendo mal, de alguna forma estamos dejando que la enfermedad se coma el tejido sano. Ya vimos lo que ocurrió luego de que imágenes demostraran la vinculación de un sector de la Garra Blanca con el equipo de seguridad del Monumental. Insisto, ya vimos lo que ocurrió, lo que llama la atención fueron las consecuencias. La hago corta: ninguna.

De repente uno piensa en salidas drásticas, definitivas, algo como patear el tablero o cortar los cables. Pare la música. Este martes conversé fuera de micrófono con el actual rector de la Universidad de Chile, Ennio Vivaldi a propósito del inaceptable manoseo que ha sufrido la casa de estudios con el fútbol. Porque, que nadie se haga distraído, el club de fútbol existe para representar a la universidad. Ese fue su propósito y para eso fue creado. No para que un grupo de vivos se sirvan de su prestigio y luego hacer negocios, adosándole de pasada los peores males de la sociedad. La Corfuch se separó de la universidad en dictadura por los malabarismos de Ambrosio Rodríguez y Rolando Molina. Y nunca nadie quiso deshacer esta maniobra inconsulta y arbitraria.  Se ha mantenido y profundizado por más de 35 años, dejando al club de fútbol como una empresa cualquiera, sin responsabilidades sociales, que le saca partido a su prestigiosa marca.

En algún momento, aquí cito a Vivaldi, el senado universitario votó por regresar a fojas cero. Es decir, traer a la Corfuch de regreso a la universidad, comenzar desde Tercera División y echar a los mercaderes del templo. La moción perdió 60 a 40 fundamentalmente por lo impopular que significaría mandar a la U a jugar en el fútbol amateur. Yo le diría a la gente de Azul Azul que esté alerta, en la casa de Bello el tema no está zanjado y en el futuro podría haber novedades. Ya están cansados de los Monos Alé, los Jokers, los Betos y la delincuencia común colgada de las plumas del búho de Minerva. A ver si nos ponemos serios de una vez por todas.

GRAF/CS

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