El Gráfico Chile

Celta de Vigo y Granada empataron sin goles en duelo de chileno

Fabián Orellana y Manuel Iturra fueron titulares en sus respectivos equipos, pero no pudieron sacarse ventajas.

EFE

Celta de Vigo y Granada empataron sin goles en Balaídos en un partido que dominó el equipo gallego pero en el que su rival tuvo dos de las mejores ocasiones del encuentro, ambas en la segunda parte y con Rochina como protagonista.

Celestes y rojiblancos apuestan por un fútbol totalmente opuesto. El equipo de Berizzo se siente cómodo dominando y busca hacer daño a su rival con el balón, todo lo contrario que el de Caparrós, que prefiere esperar atrás y esperar sus oportunidades al contraataque.

Los locales tuvieron el balón, masticaron muchísimo cada uno de sus ataques para encontrar la mejor opción ofensiva, pero el sistema defensivo del Granada, con dos líneas de cuatro muy juntas, impidió que Nolito y Orellana, los puñales de los gallegos en las bandas, apenas lucieran como en partidos anteriores.

El dominio del Celta fue absoluto, pero las mejores ocasiones de gol las tuvo el equipo andaluz mediado el segundo tiempo, ambas en las botas de Rochina, que acababa de entrar en el terreno de juego.

En la primera, después de una gran jugada personal de Success, mandó incomprensiblemente alto su remate; en la segunda, tras regatear al portero Sergio Álvarez, vio como el central argentino Cabral evitaba su tanto en la misma línea de gol.

Hasta ese momento el Granada casi ni había pisado el área celeste. Se conformó con defender el empuje de un Celta que tuvo su primera ocasión en el minuto 14, pero Tucu Hernández no supo aprovechar un monumental error del portero Roberto, quien minutos después se reivindicó con una buena estirada tras un cabezazo de Sergi Gómez.

Volvió a tener otra buena oportunidad el conjunto vigués en el arranque del segundo tiempo: Larrivey durmió el balón con un magnífico control, se dio la vuelta y remató ligeramente desviado.

Movió Caparrós el banquillo -dio entrada a Sucess y Rochina- y su equipo ganó frescura ofensiva. Un par de ‘contras’ le bastó para meter el miedo en el cuerpo a su rival, que empezó a temer incluso por el empate, con los dos disparos de Rochina.

Tras unos minutos de dudas, el Celta volvió a lanzarse a por la victoria y pudo llevársela. Roberto salvó al Granada con una gran parada después de un tiro cruzado de Orellana, y Nolito, que no tuvo su mejor día, remató mal en el tiempo de descuento.

(GRAF/LP)

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