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Por Rodrigo Realpe Varela, enviado especial a Talcahuano
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Lo dijo Marcelo Diaz apenas terminó la goleada frente a Venezuela en Talcahuano: “este es un equipo y un grupo sólido”. Los dichos de “Cara de pato” dan a entender que el grupo que formó Bielsa, sostuvo Borghi y fortaleció Sampaoli sigue a la cabeza del camarín de forma intacta.
Cuando la Roja llegó a la Octava Región evitó todo contacto con la prensa, porque sabían que el tema de los premios iba a ser tocado. Las declaraciones de jugadores como Hans Martínez, Nicolás Peric y Braulio Leal no cayeron bien dentro del camarín de la Selección que optó por el silencio y que solo se manifestó tras el partido en el CAP donde el mensaje fue unilateral.
Si bien la decisión pasó por unos pocos (Bravo, Medel y Beausejour), lo cierto es que la determinación no fue unánime. “No nos podemos sentar a negociar 60 personas”, señaló Diaz quien fue uno de los que acató la medida.
“Estoy tranquilo. Sé que no es una decisión netamente mía, siempre hemos tomado las decisiones en general, todos saben lo que hay que repartirle a cada jugador y no escondemos nada, sólo ante la prensa porque son cosas de camarín”, dijo Claudio Bravo, capitán y cabecilla de la operación.
El tema tiene para largo, porque los mismo jugadores reconocieron que no han hablado con quienes resultaron “perjudicados” con la decisión y es por eso que consideraron que lo mejor “no era mandar mensajes por la prensa, sino que hablarlo como hombres”.
En ese sentido, Arturo Vidal al igual que el resto de los jugadores, fue el que golpeó la mesa y emplazó a los afectados a que “si quieren conversar algo, que vayan a Juan Pinto Durán, todos saben donde queda”.
Esta historia aún no termina…