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Por Gonzalo Pérez Amar – El Gráfico Chile
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Cánticos de principio a fin
Apenas el bus de Colo Colo llegó al Estadio Nacional los hinchas de Universidad de Chile los hicieron sentir visitantes. Es que sólo 1500 fanáticos de los albos tenían permitido el ingreso al recinto de Ñuñoa y por eso los azules eran mayoría.
Pero los dirigidos de Héctor Tapia se dieron aliento entre ellos y antes de bajar al bus comenzaron a golpear los vidrios y entonar cánticos de su barra para entrar con ánimo al camarín visitante del Nacional. Cánticos que se repitieron en su salida tras ganar por 2 a 1 y donde el favorito fue “un minuto de silencio para el chuncho que está muerto”.
Juveniles fuera del estadio
Los juveniles que no fueron citados por Héctor Tapia y que conforman el plantel de Colo Colo no llegaron en el bus del primer equipo y lo hicieron en sus autos particulares. Sin embargo, en un principio no los dejaban pasar y Alejandro Paul, gerente general de Blanco y Negro, llegó hasta el acceso del sector marquesina para permitirles el ingreso.
De esa forma, jugadores como Bryan Carvallo, Nicolás Orellana y Hardy Cavero, entre otros, pudieron acceder al estadio de Ñuñoa y ver el partido desde las gradas.
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Valdés con trabajo especial
Jaime Valdés estuvo con trabajo especial durante la semana para poder llegar al Superclásico. El mediocampista sufrió un golpe el fin de semana pasado ante Universidad de Concepción y por eso lo cuidaron en la previa.
Pese a eso, el mediocampista no presentaba mayores problemas para jugar y fue ratificado en el once titular para jugar ante la U. Sin embargo, dio un susto cuando salió a hacer el trabajo precompetitivo en solitario, mientras sus compañeros aún se encontraban en el camarín.
El trabajo especial de Valdés no pasó de ser un susto y el cuerpo médico aseguró que no era por nada en particular. Luego, cuando el resto del plantel salió a la cancha del Nacional a hacer el calentamiento, se unió a ellos e hizo los ejercicios con normalidad. Sólo lo estaban probando en la previa y pudo ser de la partida.
El ceacheí albo se escuchó más fuerte que nunca
Faltaban cinco minutos para el inicio del partido y el ambiente en el Estadio Nacional era una caldera. Los cánticos de ambos hinchas hacían retumbar el recinto de Ñuñoa y se escuchaban desde el sector de camarines.
Pero nada de eso impidió que el ceacheí albo se escuchara más fuerte que nunca en el vestuario de Colo Colo. “Chi chi le le Colo Colo de Chile”, fue el grito de guerra de los dirigidos de Héctor Tapia antes de salir a la cancha del Estadio Nacional. Grito de guerra que suena siempre antes de los partidos.
El preparador físico de Colo Colo lo vio desde las tribunas
“Siempre me gusta verlo desde acá”, fue la respuesta de Eduardo Miguez, preparador físico de Colo Colo, a Paulina Agüero, gerente comercial de Blanco y Negro, cuando le preguntó si quería ver el partido desde otro lado.
Es que el preparador físico de los albos, que trabaja en conjunto con Juan Ramírez, se ubicó pegado a la galería norte del Estadio Nacional y compartió con los juveniles que no fueron citados. Luego, cuando terminaba el primer tiempo, dejó su puesto y se trasladó a la parte baja de la cancha.
El abrazo de Carlos Heller con Arturo Salah
Cada uno estaba en su respectivo palco en el Estadio Nacional, pero nunca perdieron la cordialidad. Por eso, Carlos Heller, presidente de Azul Azul, fue hasta el sector donde estaban los dirigentes de Blanco y Negro y saludó sin problemas a Arturo Salah, mandamás de Blanco y Negro.
Luego de un efusivo abrazo, compartieron durante un rato y el presidente de los azules se devolvió hasta el sector que les correspondía del recinto de Ñuñoa. Pura fraternidad entre los dirigentes.
GRAF/PS