0 of 7
Por José Miguel Sanhueza
@albohemio
PUBLICIDAD
Facebook: Colo Colo de Todos
@colocolodetodos
www.colocolodetodos.cl
Es un viernes de noviembre del 2006. Un joven recién titulado de periodista presenta su tesis. Pero su audiencia no era simplemente un puñado de académicos ni un grupo de estudiantes curiosos: era un auditorio repleto de colocolinos y amantes del fútbol en general.
El joven en cuestión es Andrés Ampuero, hijo del entrañable auxiliar y paramédico Hernán “Chamullo” Ampuero. Y la tesis presentada es “Un objeto de deseo”, un muy buen documental que repasa la historia de la relación de Colo-Colo con el poder político, dando cuenta de cómo a lo largo de sus casi 90 años de existencia Colo-Colo ha sido en diversos momentos buscado, cortejado, deseado, por distintos gobernantes y poderosos del país para utilizarlo como herramienta de “unificación nacional” en torno a sus propios intereses y propósitos.
Por supuesto, aparece el tema de Pinochet. Con valiosas fuentes y gran rigor investigativo, Ampuero nos muestra cómo el club fue intervenido por la dictadura en los años ’70, impidiendo la realización de sus elecciones. En su lugar, pusieron a un grupo de ejecutivos del grupo económico BHC, un puñado de Chicago Boys que no hicieron sino tomar las deudas del club y reventarlas hasta hacerlo fundir. Dicha crisis dio paso en los años ’80 a una nueva intervención, encabezada por Alejandro Ascui y Patricio Vildósola, y acompañada de una inyección de recursos de la dictadura para intentar arreglar el desastre. Y por esa “gracia”, los mencionados interventores decidieron nombrarlo “presidente honorario”.
Sí. Eso es todo lo que Colo-Colo le “debe” a Pinochet: un poco de plata para tapar el hoyo que sus propios interventores dejaron. Nada muy distinto a lo que hicieron con prácticamente todo el fútbol chileno por lo demás. Y por cierto que NO le debemos nada relacionado con el estadio. Así lo ha documentado el trabajo de Ampuero y muchos otros posteriores, destacando por ejemplo “A discreción: Viaje al corazón del fútbol chileno bajo la dictadura militar” de Carlos González y Braian Quezada, o “Goles y autogoles” de Daniel Matamala.
Sin embargo, la mitología de la relación con Pinochet siempre ha pendido como una pesada injusticia sobre nosotros. El famoso video de Alejandro Ascui anunciando el nombramiento del dictador como presidente honorario siempre será citado, una y otra vez, en toda discusión en que el rival se quede sin argumentos (y eso pasa siempre). De nada vale recordar que Ascui y Vildósola son básicamente interventores poniéndole una medalla al jefe que los mandó a intervenir, cual Espinita homenajeando a su señor Zañartu en la Oficina del Jappening con Ja.
PUBLICIDAD
Pero por Dios, qué le vamos a deber a la dictadura, si encarceló en el Estadio Nacional a Hugo Lepe, el Superclase Mario Moreno, el médico Álvaro Reyes y los dirigentes Ángel Arriagada y Guillermo Herrera. Qué le vamos a deber, si Chamaco debió sacar a relucir toda su chapa de ídolo y referente de la Selección, amenazándolos con ser su peor opositor, para poder liberarlos. Qué le vamos a deber, si Carlos Caszely vio como su madre fue torturada por las fuerzas represivas del régimen. Quizás cuántos otros casos de colocolinas y colocolinos comunes y corrientes, que la historia no habrá de registrar.
Sobre todo, qué le vamos a deber a la dictadura la gran mayoría de colocolinas y colocolinos de nuestra generación, que quizás ni siquiera conocimos a Pinochet ni el miedo que provocaba, pero que nos hemos endeudado con su educación, nos hemos enfrentado al dilema entre pagar mucho o recibir una atención mala y tardía con su salud, y conocemos bien los lamentos de nuestros padres y abuelos ante lo escuálido de sus pensiones.
Es por todo lo anterior que un grupo de socios del Club Social y Deportivo Colo-Colo, de diversas edades, tendencias y opiniones, pretendemos levantar la iniciativa para reparar el error histórico y levantar este famoso nombramiento como “presidente honorario”, que esperamos sea aprobada soberanamente por muchos colocolinas y colocolinos en la asamblea ordinaria del Club el próximo mes de mayo.
Pero no solamente queremos sacar a Pinochet mirando hacia el pasado. También, y sobre todas las cosas, queremos mirar hacia el futuro. En los próximos días vamos a cumplir 90 años de puro corazón. 90 años que serán motivo de alegría y festejo, pero que también serán motivo de una gran responsabilidad: el próximo domingo 19 de abril comenzará la cuenta regresiva hacia el Centenario. Un Centenario en el que nuestro anhelo es un Colo-Colo de sus socios, de su gente, participativo, democrático y, por sobre todas las cosas, libre.
Así es. Queremos llegar a los 100 años con un Colo-Colo emancipado de todas sus ataduras. De las impuestas por la fuerza del dinero, en una concesión leonina a una empresa que se ha encargado de incumplir todas y cada una de las falsas promesas con las cuales se apoderó de nuestro Club. Pero también libre de las ataduras de su historia, de aquellas ataduras que nos dividen y estigmatizan injustamente.
En los próximos días estaremos oficializando de manera protocolar al Directorio Nacional del Club Social y Deportivo Colo-Colo la solicitud de incorporar esta propuesta en la tabla de la próxima Asamblea. Asimismo, también estaremos lanzando una plataforma virtual en www.fuerapinochet.cl, para recolectar la mayor cantidad posible de adhesiones de socios e hinchas de nuestro Club Social y Deportivo Colo-Colo a esta moción. La invitación entonces es a apoyar esta iniciativa, a hacerse socio, a ponerse al día con las cuotas, a participar activamente, y a votar junto con nosotros en el mes de mayo. Estamos todos invitados.
GRAF/PS