El Gráfico Chile

El capitán de Bolivia 1963 recuerda detalles del histórico título de Copa América

Wilfredo Camacho fue una pieza clave en el Campeonato Sudameircano que ganaron los bolivianos siendo locales.

Gonzalo Pérez Amar

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“Chi, chi, chi, le, le, le ganen algo alguna vez”, Más de algún chileno habrá escuchado el cántico que usan las hinchadas sudamericanas para burlarse de Chile. Es que la selección nacional no ostenta ningún título oficial y en la Copa América que se realiza en el país se lo recuerdan más que nunca.

La gran oportunidad de la selección chilena de obtener una copa parece ser el campeonato que están organizando. Luego de una victoria ante Ecuador y un empate frente a México, el camino de Chile a cuartos de final está pavimentado, pero aún queda un último escollo: Bolivia. Un escollo que sorprendió a los mexicanos y volvió al triunfo en Copa América tras 18 años, venciendo a los ecuatorianos por 3 a 2. Un escollo que sí puede ostentar un título.

Pese al eterno dominio histórico de Chile, los bolivianos pueden lucir en sus vitrinas un torneo que la Roja no ha conseguido: la Copa América. La historia se remonta hasta 1963, cuando organizaron el Campeonato Sudamericano, actual Copa América, y se hicieron fuertes de local para conseguir la corona. Aunque los brasileños eran los favoritos por ser los actuales campeones mundiales, los altiplánicos dieron el golpe a la cátedra y se consagraron invictos. Un hito que no olvidan en el fútbol boliviano.

“Recuerdo ese título con la más grande felicidad. Antes de empezar nos íbamos a conformar con un segundo o tercer puesto, pero jamás pensamos en ser campeones. Nos satisfizo no sólo a mí y el resto de la selección, sino que a todo el pueblo boliviano porque escribimos por primera vez nuestro nombre en el fútbol sudamericano”, dice Wilfredo Camacho, capitán de aquella selección campeona, al momento de hablar del inédito título que consiguieron.

Aunque ya han pasado 52 años de aquel histórico momento para el fútbol boliviano, el jugador, que en ese entonces militaba en Ferrocarril Oeste de Argentina, recuerda a la perfección el hito que consiguieron en el primer torneo continental que organizaba su país.

Un torneo que no comenzó con el pie derecho para Bolivia. Luego de estar entrenándose desde octubre de 1962 las expectativas crecían en los hinchas, pero en su debut empataron a cuatro tantos con Ecuador. El camino a la concentración en el Colegio Militar tras la igualdadno fue fácil: “el pueblo no quedó contento y tuvimos problemas para regresar. La gente estaba molesta por el empate y nos rompieron los vidrios del bus. Es difícil ser local”.

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Pero sólo sería un traspié. La extrema preparación que habían tenido en la previa del Campeonato Sudamericano y el aprovechamiento de la altitud dieron sus frutos. La igualdad con la Tri quedaría en el recuerdo y luego sólo vendrían victorias. Cinco triunfos que los llevaron a sumar once puntos y quedar primeros para quedarse con el inédito título. Cinco triunfos entre el que destaca el conseguido ante Argentina en el quinto partido.

Tras llegar empatados a dos tantos hasta el minuto 88, los locales tenían la gran chance de ponerse en ventaja con un penal. Max Ramírez tenía la responsabilidad de acercar a su selección al título, pero Edgardo Andrada taparía con los pies y mandaría la pelota al tiro de esquina. Sin embargo, Camacho, conocido por su garra y empuje, no se dio por vencido y apuró a su compañero Castillo para que sirviera el córner. Mientras los trasandinos abrazaban a su heroico arquero, el capitán de la selección cabeceaba en el área para marcar el 3 a 2 definitivo. Locura en el Hernando Siles de La Paz y el título estaba a tres puntos. Tres puntos que conseguirían venciendo por 5 a 4 a Brasil en Cochabamba.

“La gran satisfacción que tuve fue frente a Argentina y ese gol fue de campeonato. Hicimos mucha marca en La Paz y los otros equipos tenían timidez en la altura”, recuerda Wilfredo Camacho a sus 80 años, quien hoy sufre por el nivel del fútbol boliviano y sólo espera, como mucho, un empate ante Chile.

“Me duele en muchos sentidos porque hay un abandono al buen trabajo de la selección y no ha tenido el tiempo que se merece. Han habido muchos cambios en la parte dirigencial y futbolística y lo que los que manejan la liga nacional ahora arruinaron nuestro fútbol. No tengo muchas expectativas y ojalá saquemos un empate.”, concluye nostálgico el capitán de la selección boliviana que hizo historia en 1963.

GRAF/GP

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