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EFE
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Real Sociedad y Real Madrid oficializaron este miércoles el traspaso de Asier Illarramendi al club txuriurdin, con el que firmó un contrato para las próximas 6 temporadas.
La entidad donostiarra informó en su sitio web que el jugador de Mutriku superó esta mañana el reconocimiento médico, luego de presentarse en el estadio de Anoeta para firmar su nuevo contrato.
Illarramendi vuelve a su casa dos años después de fichar por el Real Madrid y lo hizo para comprometerse con la Real Sociedad para las 6 próximas temporadas, según ha indicado el club, que no ha ofrecido ningún detalle más sobre la operación.
Del mismo modo, el Real Madrid, de forma simultánea, ha informado en su web del traspaso de Illarramendi, a quien ha mostrado su agradecimiento “por estos años de dedicación y profesionalidad”, tras lo que le deseó “mucha suerte en su nueva etapa”.
Ambos clubes cerraron el acuerdo este martes para el traspaso de Illarra, que se cifra en una cantidad próxima a los 17 millones de euros más variables.
Fracaso en el Real Madrid
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El guipuzcoano Asier Illarramendi regresa a casa, la Real Sociedad, después de sus dos temporadas en el Real Madrid, en los que consiguió cuatro trofeos pero en ninguno de ellos fue una pieza importante para el equipo merengue y no pudo triunfar en el aspecto personal por la falta de continuidad.
Illarramendi llegó al Real Madrid el 12 de julio del 2013, después de haber conseguido el campeonato europeo Sub 21 con España, a cambio de 38,8 millones de euros y era llamado a ser el sustituto de Xabi Alonso para la medular del cuadro blanco.
El jugador de Motrico se había convertido en uno de los jóvenes más prometedores del panorama español por su labor en la selección y en la Real Sociedad y encaraba una nueva etapa, en uno de los grandes, llena de ilusión, aunque sabedor que era una de las camisetas con más peso en el mundo, si no es la más difícil de llevar. Muchos jugadores con talento la vistieron y no habían logrado triunfar.
Esto le pasó a “Illarra” que aunque estuvo en uno de los años más históricos del club, consiguiendo cuatro copas en un mismo año, no tuvo apenas peso en el terreno de juego.
De las cuatro finales sólo jugó siete minutos en la Supercopa de Europa, su juego nunca llegó a convencer a técnicos y seguidores, en cierta forma porque careció de la confianza y continuidad imprescindibles para crecer y progresar.
En los primeros partidos en el césped del Santiago Bernabéu se le notaba tímido y hasta nervioso, algo normal para todo joven jugador, pases incompletos y alguno que otro pito bajaba de la grada.
Asier Illarramendi trataba de jugar sencillo, quizá demasiado, pero sobre todo no acababa de encontrar la regularidad en cuanto a participación en los partidos.
El medio vasco en su primera temporada jugó 49 encuentros, 29 en Liga, once en Liga de Campeones y nueve en Copa del Rey. En 27 fue titular y en 22 suplente. Logró tres goles, dos en la Liga y uno en el torneo del k.o..
En su segunda temporada, con la llegada del alemán Toni Kroos, se le complicaba aún más disfrutar de minutos en el esquema de Carlo Ancelotti, y cuando los tenía su labor era ardua porque la exigencia era máxima obligado a demostrar que estaba capacitado para pertenecer a la plantilla. Incluso el técnico italiano forzó la máquina para, cuando se lesionó el croata Luka Modric, adaptar a la medular a Isco Alarcón y el colombiano James Rodríguez. Además, también el club fichó en invierno a otro mediocentro, el brasileño Lucas Silva, aunque este tampoco tuvo mucho protagonismo.
Aún así, participó en 41 partidos, uno en la Supercopa de Europa, treinta en la Liga, siete en la Liga de Campeones y dos en la Copa del Rey. Tan solo fue titular en catorce y pasó sin mucho protagonismo ni relevancia.
Illarramendi busca volver a sentirse importante en el equipo en el que despuntó y se ganó un lugar en el escaparate de la elite, su Real Sociedad.