El Gráfico Chile

Columna: De "Galboa" a "Gambulla"

La designación de Gamboa para el Superclásico fue criticada por los azules, pero terminó favoreciéndolos. El arbitraje no pasa por un buen momento, pero tampoco hay colaboración.

 

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Gamboa llegó muy presionado al Superclásico desde el lado de los azules (AgenciaUno)

Por Juan Ignacio Gardella Berra
Subeditor El Gráfico Chile
@jigardella

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“Arbitra ‘Galboa’, entréguenle la copa a Colo Colo”, fue una de las frases que me llamó la atención la semana pasada, en la previa del Superclásico. Personalmente, considero que Eduardo Gamboa es uno de los mejores árbitros del país, pero por el solo hecho de salir sorteado para pitar el duelo más trascendente del balompié chileno, fue el blanco de todas las críticas de los hinchas azules. Sin siquiera haber entrado a la cancha…

Si hubiese sido Enrique Osses el designado, los cuestionamientos habrían sido los mismos, pero escritos con tinta blanca y negra. “XXX, penal para la U”, rezan los clásicos memes para burlarse del polémico personaje. Póngale lo que usted quiera antes de la coma, porque lo que se pretende resaltar es que si “Usses” les pita a los laicos, los favorecerá con un lanzamiento desde los 12 pasos.

Criticar las determinaciones referiles forma parte del folklore futbolístico. De hecho, es una de las razones que se esgrimen para no darle rienda suelta a la tecnología en este deporte, pero cuando lo que se busca como fin último es condicionar la actuación del “hombre de negro”, me parece que se está traspasando un límite.

“Cagamos”, lanzó Johnny, medio en broma, medio en serio, cuando supo quién sería el encargado de impartir justicia en el Monumental. Claro, los números decían que el Cacique le había ganado los tres compromisos al Romántico Viajero con él pitando.

¿Y qué pasó en Macul? Osvaldo González debió ser expulsado tempranamente por una fuerte falta sobre Esteban Paredes, pero le perdonaron la vida. A Julio Barroso le sancionaron una pena máxima ajustada al reglamento, pero interpretable. Y a Jaime Valdés le mostraron tarjeta roja por una maniobra tan confusa, que hasta hoy se discute si fue intencional. En todas esas acciones, no me cabe duda de que al réferi le pesó lo hablado en la semana.

¿Y Herrera dijo algo al respecto post partido? Nada. Para la estadística quedará que el Popular suma cuatro triunfos ante Universidad de Chile con el colegiado en el terreno de juego, pero el detalle pasará al olvido.

No es mi idea hacer una apología del arbitraje criollo, que, por cierto, está muy lejos de un nivel óptimo, pero sí parar con la cultura del reclamo, porque si el juez echaba a Rocky o si no sancionaba la mano del Almirante, en el Centro Deportivo Azul se hubiesen refugiado en eso para explicar la derrota en Pedrero. Menos mal que ganó el equipo albo, pues, de lo contrario, todos los dardos del elenco de José Luis Sierra apuntarían hacia “Gambulla”.

Todo lo anterior, referido sólo a las jugadas polémicas, donde el dueño del silbato, dicho sea de paso, debe decidir en fracciones de segundo, ya que si nos ponemos a analizar las simulaciones y exageraciones, el fútbol nacional está a años luz de la Premier League, donde los “dotes actorales” son severamente castigados. ¿Qué quieren acá? ¿Que el pito sea capaz, con la vista de un hombre común, de ver más que las múltiples cámaras del CDF?

Más colaboración y menos excusas, por favor, sobre todo en la recta final del Apertura. El árbitro también es humano.

GRAF/JIGB

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