0 of 8
El Gráfico Chile
PUBLICIDAD
El partido entre el Espanyol y el Barcelona se seguirá jugando en las oficinas de la Liga de Fútbol Profesional de España porque la dirigencia culé anunció que reclamarán por los insultos racistas que la hinchada rival profirió contra Neymar y Dani Alves.
La guerra de declaraciones ya comenzó en Cataluña, incluso salpicando a Claudio Bravo que fue nombrado por Joan Collet, presidente de los Periquitos, por estar presionando a los árbitros de cara a los duelos por la Copa del Rey de ambos equipos.
El dirigente también negó los insultos racistas a los jugadores blaugranas y la respuesta de la dirigencia del Barcelona llegó rápidamente: según Catalunya Radio, el club preguntará formalmente a la LFP si su delegado en el partido recogió en el informe los gritos que una parte de los hinchas dedicó a los jugadores brasileños.
En caso de que la LFP encuentre evidencia en audios e imágenes televisivas la situación será denunciada y el Espanyol arriesgará millonarias sanciones monetarias e incluso podría perder la localía en el importante derbi de la ciudad.
GRAF/JR