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Por Mario Palominos, sociólogo
Medio partidario Frecuencia Cruzada
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Todos los que decidimos seguir a un equipo sabemos que se puede pasar del cielo al infierno con facilidad. Al hincha de Católica sin duda que le ha tocado vivirlo, quizás con demasiada frecuencia, quizás con mucha rapidez. Los últimos años nos tocó ver cómo se escapaba el título sobre el final de la temporada y cuando creíamos que nada podía ser peor, tuvimos un 2015 donde todo se repitió.
En 2014, por ejemplo, nos tocó presenciar la peor campaña de la UC desde que volvió a Primera División el 1976. Es justamente en los momentos de la derrota donde nacen los cuestionamientos más allá de lo deportivo; las preguntas por el proyecto deportivo, por la misión y gestión de los dirigentes, incluso de nuestro papel como hinchas del club.
Muchas veces este rol se ha asumido como el de un seguidor incondicional del equipo, motivado por la pasión y el sentimiento que genera un equipo de fútbol. Pero, ¿el hincha es sólo un seguidor incondicional? ¿Cumple algún rol activo en la construcción del club?
¡Claro que es un agente activo en la construcción del club deportivo! Muchas veces este rol se ha reducido sólo a la incondicionalidad guiada por la pasión, cuando a lo largo de los años el hincha ha sido más que eso. Fue participante activo en la construcción del estadio San Carlos de Apoquindo a través de la campaña «Cemento-Acero Estadio Universidad Católica», en la campaña «Locales En San Carlos», se organizó y fue tratando de imponer su voz a través de la organización de la barra «Los Cruzados», así como otras iniciativas más pequeñas que tienen un solo objetivo común: construir un club deportivo más allá de asistir al estadio los fines de semana a ver y alentar a nuestro equipo.
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Sin embargo, por momentos, también ha tenido un rol más pasivo donde frente a situaciones difíciles para nuestro club, no ha ido más allá del reclamo como forma de protesta. Esto puede ser natural también dado el contexto actual en que se desenvuelve el fútbol –dominado por empresarios y sociedades anónimas-, donde el hincha puede caer fácilmente en un rol de cliente, ya que el fútbol y todo lo que ello implica, pasa a ser un objeto de consumo.
Entonces el hincha, a pesar de transitar constantemente por ambas veredas, ha sido comprobado que tiene el potencial necesario para convertirse un actor importante dentro del club y que es capaz de generar cambios en él. Si bien muchas iniciativas se han quedado en el camino o no han logrado trascender, otras, como las nombradas, supieron tener un apoyo masivo muy importante, generando un gran impacto en el club.
Todo esto nos hace pensar que este rol central que tiene el hincha como actor influyente en la construcción del club, debe tener instancias para el diálogo con el fin de llegar a consensos que permitan al hincha actuar no solo individualmente, sino como un sujeto social al interior del club. Además, debe tener un espacio que permita expresar cualquier tipo de iniciativa que busque lo mejor para nuestro club. Es decir, es necesario la creación de instancias que permitan canalizar todo tipo de participación desde el hincha que desee aportar al bien de Universidad Católica.
Es por ello que se hace necesario que el hincha tome un papel activo en la participación y resulta fundamental alzar la voz y por sobre todo la acción, motivando todas las iniciativas que pretenden de alguna u otra forma, construir al Club Deportivo Universidad Católica.
El espacio de diálogo, unión y organización resulta clave para los hinchas, situándolo no sólo como ese seguidor incondicional que todos conocemos, sino que también como actor relevante e influyente de nuestra Universidad Católica. Ése hincha ya no solo quiere ser parte de un club deportivamente ganador, sino que quiere ser participante activo en la construcción de nuestra identidad, que nos permite reafirmar nuestro orgullo de ser Cruzados.
GRAF/PS