Opinión

Columna: ¡Bielsa… No!

“El último título adulto que celebró el Loco como DT fue en 1998. Casi dos décadas atrás. Se le olvidó lo que es ganar”.

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Bielsa en su último partido al mando de la Roja en Chile. (Photosport)

Carlos Silva Rojas

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Editor El Gráfico Chile

@silvynho15

Marcelo Bielsa es el nombre que seduce a los directores de la ANFP y a los hinchas para tomar el cupo que dejará, tarde o temprano, Jorge Sampaoli en la Selección.

El recuerdo de todos es lindo. El Loco llevó a la Roja a un Mundial tras 12 años de ausencia. Formó un equipo que jugaba como a la gente le gusta: hacia adelante y tomando riesgos. Le ganó a Argentina por primera vez en la historia, gritó como un chileno más el golazo de Matías Fernández ante Colombia, iba a comprar a la feria como cualquier otro ciudadano de a pie, vivía en Juan Pinto Durán y no tenía gustos ostentosos. Todos esas cosas encantaron al público.

Bielsa se fue en medio del cariño de los chilenos, casi llorando en su última conferencia de prensa antes de renunciar a su cargo. No iba a trabajar con dirigentes en quienes no confiaba (el tiempo le dio la razón y Sergio Jadue se fue arrancando del país). La aventura chilena llegó a su fin.

Además, los jugadores siempre le mostraron admiración y cariño. Es más, en pleno proceso de Claudio Borghi hubo futbolistas que lloraban la partida del rosarino en sus declaraciones, uno de ellos fue Mauricio Isla, quien incluso debutó en la Roja antes de jugar un partido en Primera División.

Todos los datos que estoy poniendo sobre la mesa indicarían que soy uno más de los que quiere el regreso de Bielsa. Pero ¡NO!

A ver. Les explico. Agradezco todo lo que hizo el Loco en su paso por Chile, nos dio identidad, una clasificación al Mundial, pero nada más.

No se metió con las divisiones menores de la Selección, tampoco tuvo contactos con los entrenadores del fútbol chileno, salvo Arturo Salah, con quien compartió incluso entrenamientos en Universidad de Chile.

Pero lo que más me molesta de Bielsa es algo sencillo. El fútbol se hizo para ganar, para celebrar al final de un campeonato, para dar la vuelta olímpica con la copa en alto.

Para Bielsa esa premisa no existe, quedó claro en la final del Esperanzas de Toulon de 2008, cuando Chile perdió ante Italia y le reclamó a su colega Pierluigi Casiraghi por la forma mezquina de jugar.

«Para mí eso no es fútbol», le dijo el argentino al italiano aquella vez. Para mí eso sí es fútbol. Puede que suene «agrandado» pero lo que me importa es ganar. Me aburrí de jugar lindo y ver cómo los demás celebran. Chile ganó una Copa América al fin y la idea es que no sea el único título de la historia. Hay que pensar en grande. Hay que pensar en ganar como sea y para Bielsa eso no existe.

El argentino viene de dirigir en Europa, llegó a dos finales con Athletic Club y ambas las perdió (Europa Leaague y Copa del Rey). En Marsella iba puntero y su equipo se cayó a mitad del torneo. Hizo una «revolución», pero no ganó nada.

El último título adulto que celebró el Loco como DT fue en 1998. Casi dos décadas atrás. Se le olvidó lo que es ganar.

Va a sonar antipopular, pero prefiero a un interino a cargo de la Selección chilena antes que Bielsa. Mejor esperemos a Berizzo o a Pellegrini para junio.

GRAF/CS

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