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Equipo El Gráfico Chile
Playa, sol o simplemente un buen descanso. Ese es el panorama que muchos chilenos están viviendo o comenzarán a vivir en enero, febrero y marzo. Las vacaciones que esperaron y planificaron por un año finalmente pasan de ser un anhelo a transformarse en realidad.
Pero no todos los chilenos tienen su descanso en los meses del verano y hay quienes, por opción, tendrán su relajo a mitad de año, mientras que hay otros que ni siquieran tendrán la chance de elegir y deben seguir trabajando, ya sea en la época estival o en el invierno. Este último es el caso que están viviendo los fútbolistas del campeonato nacional.
Cuando muchos disfrutan junto a sus familias de los placeres de los distintos lugares que ofrece el país para vacacionar, los jugadores están disputando el Clausura 2016, que comenzó este 15 de enero con el partido entre O’Higgins y Unión La Calera.
La problemática ya lleva varios años y se remonta al 2012, cuando Sergio Jadue, en ese entonces presidente de la ANFP, anunció con bombos y platillos el cambio al «calendario europeo» para el 2013. Una idea que fue bien vista en su momento por la posibilidad que daba de alargar el periodo de fichajes del invierno chileno y compatibilizarlo con la extensa ventana de transferencias del verano europeo, lo que permitía más tiempo para negociar un posible traspaso. Pero este 2016 el panorama cambió y los futbolistas chilenos se cansaron.
Terminar contrato a mitad de año, no poder disfrutar del descanso en verano junto a sus familias y las escasas transferencias que se han dado a Europa desde 2013, son las principales razones del enojo de los jugadores, quienes votaron la semana pasada un cambio en la calendarización y le pidieron al Sifup negociar su postura con la ANFP.
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«Me parece una excelente iniciativa. Los jugadores solicitaron modificar la actual calendarización del campeonato porque ha tenido repercusiones negativas en ellos», dice Carlos Soto a El Gráfico Chile sobre la petición que hicieron los jugadores y que votaron en unanimidad.
El 2015 y el 2016 fueron años que terminaron de cansar a los futbolistas. Con la disputa de la Copa América y la Copa América Centenario, el periodo de intertemporada entre el Apertura y el Clausura se vio disminuido y los torneos que se inician a principio de año fueron adelantados, acortando el tiempo de vacaciones del verano.
«Todos votamos por esta idea porque quedamos con tiempos distintos y nuestras familias tienen que adecuarse a nosotros. Cuando yo estoy de vacaciones en invierno mi hijo está en las pruebas finales o terminando el semestre en el colegio, así que no es mucho el tiempo que tengo para estar con él. No hay vida familiar y es imposible hacer vacaciones con la familia», dice Claudio Muñoz, capitán y representante de Huachipato en el Sifup, quien la semana pasada recibió la visita de sus suegros en la octava región, pero que a contar de esta se quedará solo por las vacaciones que disfrutará su familia. «Se van de vacaciones porque necesitan un descanso», agrega resignado.
La opinión del capitán acerero también es compartida por sus compañeros de profesión y no por nada votaron de forma unánime para que el Sifup interceda para cambiar la calendarización del fútbol chileno. En Unión La Calera, por ejemplo, el capitán Lucas Giovini tiene la misma visión que Muñoz y señala que «cuando uno tiene vacaciones no concuerdan con las de tus hijos. En junio ellos tienen vacaciones de invierno y nosotros estamos volviendo a los entrenamientos, mientras que a fin de año uno tiene que pedir permiso en los colegios por 10 días para poder salir con la familia, lo que no es ideal».
Uno que tampoco lo pasa bien en el periodo de las vacaciones de verano es José Luis Cabión, quien volvió a Cobresal para el Torneo de Apertura y ya empieza a sufrir nuevamente las consecuencias de vivir en El Salvador. Para enero y febrero el volante se quedará solo en el campamento minero y su esposa e hijo partirán a Santiago para tomarse un descanso de la rutina diaria.
«Mi pareja y mi hijo están en Santiago y no pudimos salir de vacaciones como queríamos. Cuando uno tiene que jugar en el verano, la familia por lo general se va y somos varios los que estamos solos acá», cuenta el mediocampista del conjunto minero y agrega que «estar en estas fechas jugando el campeonato es muy complicado por las altas temperaturas».
Las razones expuestas por los jugadores fueron escuchadas por el Sifup en la pasada asamblea de futbolistas y por eso comenzarán las negociaciones con la ANFP en febrero para cambiar la calendarización del fútbol chileno, aunque el formato de dos campeonatos cortos no se modificaría. «Se ven afectadas las vacaciones y también está el problema que muchos quedan sin contrato a mitad de año, viéndose amarrados con un arriendo de casa o los niños en los colegios. Se hizo pensando en que los jugadores pudiesen ser transferidos y resulta que la realidad es muy distinta, porque sólo hemos logrado transferir a dos futbolistas (Enzo Roco y Erick Pulgar)», agrega Carlos Soto.
Sin embargo, la decisión tomada por el Consejo de Presidentes no será fácil de cambiar y Carlos Soto está consciente de eso, por lo que no quiere entregar mayores expectativas a los jugadores del campeonato nacional.
«No será un cambio fácil porque tendría que modificarse todo el sistema. Lo más probable es que un torneo (Apertura o Clausura) tendría que pasar a llamarse «campeonato de transición» y eso conllevaría también modificar el tema de los descensos«, dice el presidente del Sindicato de Futbolistas Profesionales sobre el futuro de las negociaciones que llevarán con la ANFP.
Pese a que la lucha no será fácil, los futbolistas del campeonato nacional empiezan a entender sus problemáticas y poco a poco van alzando la voz para hacerse escuchar en la sede del máximo organismo del fútbol chileno.
GRAF/GP
