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A Roger Federer lo conocemos por conducirse con ecuanimidad y tranquilidad dentro de las pistas de tenis. Pareciera que el «Reloj helvético» no siente nada cuando gana o pierde un punto.
Pero fuera de las canchas el suizo sorprendió con la intensidad con la que vive los partidos de Maria Sharapova.
El número tres del mundo para la ATP esperaba su turno para jugar la tercera ronda del Abierto de Australia ante Grigor Dimitrov, curiosamente el exnovio de la bella tenista rusa.
Ambos jugadores veían con atención las jugadas de «Misha» y la estadounidense Lauren Davis. Pero después de un intenso intercambio de golpes, Federer saltó de su asiento para celebrar el punto de la rusa y después volteó a ver al búlgaro con una mirada traviesa.