Columna: La delgada línea roja

“Estaba bien que el Toto quisiera cumplir su vínculo con el Celta hasta mediados de este año. Si en la ANFP estaban convencidos de que él era el hombre, tras la rotunda negativa de su mentor, había que esperarlo”, comenta nuestro subeditor.

 

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Pizzi vuelve a Chile a un desafío mayor (Photosport)

Juan Ignacio Gardella Berra
Subeditor El Gráfico Chile
@jigardella

 

Parto aclarando que considero a Pizzi un buen y capacitado entrenador, y que en el fútbol se puede ganar de cualquier forma, no es necesario ahondar en ejemplos. El problema no es Macanudo, sino quienes lo eligieron.

Si el plan A era Bielsa y luego venía Berizzo, perfecto, se buscaba mantener la senda que trazó el Loco y que, tras el desvío de Borghi, perfeccionó Sampaoli, la única que nos ha llevado a lo más alto de un podio. Se debía seguir por ese camino.

Tanto se habló de respetar los contratos firmados en las últimas semanas, que estaba bien que el Toto quisiera cumplir su vínculo con el Celta hasta mediados de este año. Si en la ANFP estaban convencidos de que él era el hombre, tras la rotunda negativa de su mentor, había que esperarlo.

Pero no, en Quilín se dejaron llevar por la presión y quisieron sacarse el tema de encima con el primero que aceptara las condiciones, sobre todo, económicas. Como es costumbre, se pensó en el corto y no en el largo plazo.

La cercanía de la doble fecha eliminatoria apuró la elección, algo que puede terminar costando caro. Se descartó como dogma la opción de un interinato para los duelos de marzo ante Argentina y Venezuela, como si el hispano-argentino asegurara una buena cosecha en esta pasada.

Me extraña que Salah, amante de los procesos, haya decidido cortar el más exitoso de nuestra historia futbolística. Paciente cuando era adiestrador, el actual timonel del balompié nacional debió jugársela por lo que creía.

Porque aquí no se trata solamente de ser ofensivo, sino de conservar el estilo por el que la Roja es hoy reconocida a nivel mundial. Por fin, tras 100 años de búsqueda, se había plasmado una identidad, pero con el santafesino se entra en el terreno de la duda.

Reconozco que, como la mayoría por estos pagos, no seguí la carrera del ex delantero después de que dejó el banco cruzado. Respecto a su paso por la UC, recuerdo varios partidos, especialmente con el marcador a favor, en los que jugaba al pelotazo para Pratto y arréglatelas como puedas.

Ha pasado un lustro desde entonces y no me caben dudas de que creció mucho como DT, pero olvídense de hacer el primer gol e ir de inmediato en busca del segundo. Habrá que ver cómo reaccionan los jugadores cuando les pidan resguardarse y «abrochar» un resultado.

También habrá que ver cómo responde la gente cuando vea que el Equipo de Todos ya no es ese cuadro empecinado en buscar el arco rival. El hincha chileno se acostumbró a ser protagonista durante la mayor parte del encuentro, algo que ahora es probable que cambie.

Pizzi, repito, tiene los méritos y puede -y quiero, cómo no- que le vaya excelente, pero está de paso. Los que no están de paso son los dirigentes, que no tuvieron la paciencia para continuar con esa delgada línea roja que tantos éxitos nos ha traído.

GRAF/JIGB

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