El Gráfico Chile
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La salida de Jorge Ormeño de Santiago Wanderers sigue golpeando fuerte el espíritu de los hinchas caturros y del propio ex jugador, quien expresó su resentimiento por la forma en que la directiva no le renovó contrato tras el último Torneo de Apertura.
Para el ídolo porteño la tristeza no ha cambiado pese a los tres meses que han transcurrido: «La salida en sí fue muy fea. No perdono ni a Jorge Lafrentz ni a Juan Gutiérrez por lo que me hicieron. Eso se debió haber manejado de otra manera, sabiendo que no fui cualquier jugador en Wanderers. Eso me tiene triste, la forma en que salí«, señaló a la Estrella de Valparaíso.
El ex volante que también descolló en la Universidad Católica y la Selección chilena vive sus días administrando un complejo deportivo, siempre pensando en su carrera como jugador: «Me cuesta el tema, ser futbolista es la profesión más linda del mundo. Todavía hay deseo de jugar, sin duda. Quedaron cosas inconclusas que hasta hoy no las asimilo», confesó.
Pese al buen momento de Wanderers en el Torneo de Clausura, Ormeño aclaró que no ha ido al estadio para no ver a los dirigentes que no le renovaron: «Quiero ir al estadio. Sí los he seguido por televisión, menos el último. No deseo verles la cara a las personas que no quisieron que yo siguiera, en este caso el directorio. Es una herida que tengo que ir sanando».
De todas formas el ex jugador se mostró fascinado por la participación del equipo en el campeonato y se ilusiona con el juego de Alfredo Arias: «Hace rato el equipo necesitaba un líder como él: que no mirara la cara, la edad, sólo enfocarse en el rendimiento deportivo. Es cosa de ver a Ronnie Fernández. Yo pienso que a mí me hubiese potenciado. Arias sabe sacarle partido a los jugadores», señaló reconociendo que hubiera sido un buen aporte al equipo en caso de haber continuado.
De vuelta a las críticas, Ormeño calificó como nefasta la administración del club y se declaró avergonzado por el ttrato que han recibido los jugadores con sueldos impagos: «Creo que los jugadores no se lo merecen y la hinchada tampoco. Wanderers sigue siendo un buen negocio. Es cosa que Nicolás Ibáñez, que es el dueño, esté asesorado de mejor manera y que las personas que tuvieron el dinero y el capital para administrar la gestión del club asuman las consecuencias y den la cara. Todo el presupuesto que tenían lo tiraron al tacho de la basura», declaró.
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Además no se calló las críticas a la contratación de Juan Gutiérrez: «Se tiraron ocho años a la basura, por cosas difíciles de pagar. No se puede traer a un gerente deportivo que ganaba una millonada y el plantel impago. Se pagan los platos rotos de una mala administración», señalando que con Moisés Villaroel se pudo hacer un trabajo de mejor calidad.
GRAF/JR