El Gráfico Chile

De la dedicatoria a Mosa a las bromas a Carreño por su terno: la intimidad del festejo de la UC

Los cruzados celebraron su título con una fiesta en el Stadio Italiano. Cordero llegó con la copa, Álvarez apareció con su colorida combi y Bravo las ofició de animador.

Por Pablo Serey Correa

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Risas por doquier, bromas de aquí para allá, dedicatorias para el archirrival, tenidas para todos los gustos y varias sorpresas. Fue parte de lo que dejó la intimidad del festejo de la Universidad Católica tras la obtención del título del Clausura.

El Stadio Italiano en la comuna de Las Condes fue el escenario elegido para la celebración en la que todos aportaron con sus propias características para el momento de felicidad, sin embargo hubo algunos persobajes que se robaron la película con sus intervenciones.

A la llegada de los integrantes del plantel, uno de los que acostumbra a sorprender con su extrovertida personalidad dejó la primera gran imagen a inmortalizar de la fiesta. Fernando Cordero llegó con la copa en mano. «La vi solita en el estadio, me dieron ganas de llevármela y me la llevé para la casa», tiró entre risas el Chiqui.

En el mismo tenor, el zurdo expresó que «ahora no me la puedo llevar, porque me la va a quitar el presidente». Además, el 11 de la Franja aprovechó de bromear aún más con la utilidad de la copa. «Yo no tomo, los que me conocen lo saben, pero esta noche me convierto en un alcohólico anónimo gracias a esta copa», lanzó.

Mientras el ex Unión Española bromeaba, el capitán Cristián Álvarez irrumpió con su colorida combi, vechículo con el que promociona su emprendimiento llamado My World, una especie de centro de eventos para niños. «No me quedé en panne, la mandé dos semanitas al doctor y justo quedó lista para este momento», explicó un chispeante Huaso.

Otro asunto fue el tema de las tenidas. La mayoría optó por un look más bien casual: camisas oscuras, jeans ajustados, calzados sobrios, fue de lo que más se vio. Pero algunos, como Roberto Gutiérrez, acostumbrados a entregar extravagancia, no dejaron pasar la oportunidad. El Pájaro no pasó desapercibido con sus fluorescentes zapartillas acompañadando su vestimenta negra.

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Pero si de pinta se trata, el joven Jaime Carreño la rompió. El héroe del clásico ante la U optó por una formalidad a rajatabla, como si se tratara de una fiesta de graduación de cuarto medio o algo por el estilo. Un terno oscuro, corbata dorada y un buen zapato en punta, le valieron al recoletano entretenidas bromas.

Y el autor principal de ellas fue el que las ofició de animador al interior de la fiesta: Christian Bravo. El ex Granada tomó el micrófono y desató su particular sentido del humor. «¿Cómo está el presidente del centro de alumnos?», le lanzó al formal Carreño, destando la risa de los presentes.

De ahí, el propio Bravo encabezó los gritos: ceatoleí por supuesto que hubo, pero lo más picante de la noche fueron las dedicatorias. Mosa, el chuncho y O’Higgins, sí, de esa forma textual, fueron los receptores de los eufóricos cantos.

Tras ello, algunos jugadores aprovecharon el ingreso de algunos canales de televisión para jugar el rol de periodista. El propio Bravo, Guillermo Maripán, Stefano Magnasco, Diego Rojas, Fabián Manzano se prestaron para dicho juego, pero por sobre todo Fernando Cordero, quien con su particular humor, se puso a bromear con el cáncer a la piel que lo afectó a fines del año pasado.

¿Y el DT Mario Salas? Más bien alejado del escenario central del recinto, el Comandante se instaló en una mesa en la que estaban presentes sus colaboradores Leonardo Zamora, Osvaldo Alegría, Javier Rodríguez y Fernando Gutiérrez, todos ellos acompañados de sus respectivas parejas. Fiel a su estilo, el viñamarino apareció con una sobria camisa de mezclilla y se dedicó a disfrutar desde un perfil más bajo. Para el ex rugbista, era el momento de la calma y del goce de sus dirigidos.

GRAF/PS

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