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Por Rodrigo Realpe V. – El Gráfico Chile
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Para muchos el nombre del argentino Daniel Frola no dice nada. Pero hablar de Frola es como nombrar a Juan Antonio Pizzi. Con 53 años, una vasta experiencia en el parquet y una profunda admiración por Marcelo Bielsa, el oriundo de Bahía Blanca es el encargado de dirigir a la selección chilena de básquetbol que por estos días ajusta piezas para el Sudamericano que a partir del 26 de junio se disputará en Caracas, el que entregará cinco boletos para las eliminatorias del Mundial de China 2019.
¿Cómo evalúa su ciclo en la selección a un año de su llegada?
«En la medida en que se puede, estamos haciendo un cambio en lo generacional, lo mismo estamos trabajando en la actitud y con la idea de seguir desarrollándose. En ese aspecto ha habido un crecimiento. Ahora, en mi otra función, siento que con los más jóvenes estoy un poco al debe. Estamos trabajando con la clase 2000, y luego con los 2003, haciendo cosas, no todo lo que me gustaría, pero uno debe adaptarse con lo que tiene».
¿De qué forma siente que está al debe?
«Quería poner mano en la formación de los jóvenes pero no he podido hacer todo lo que he querido. Por ejemplo, un plan de altura. Hace un tiempo se me escapó un chico de 2.05 metros que se decidió por el atletismo».
En junio se viene el Sudamericano en Venezuela ¿Cómo ha sido la preparación con los seleccionados?
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«Estuvimos entrenando, trabajando, viajamos a Brasil donde disputamos amistosos, ahora le dimos el mes de mayo para que disputen sus respectivas ligas en el país y en junio armaremos el plantel, haremos unos partidos previos y de ahí a Venezuela».
A propósito de la gira a Brasil ¿Qué pudo sacar en limpio?
«Jugamos un amistoso en Río de Janeiro y cuatro en Sao Paulo, ante equipos de buen nivel que tenían a jugadores que jugaron en Europa, y creo que nos sirvió para ver el nivel en el que estamos. Por otra parte nos sirvió para la convivencia. aprender a vivir en sociedad, estuvimos diez días juntos y eso para mí fue muy importante».
La base de la selección está compuesta por jugadores experimentados y por otro grupo muy joven que está llamado a ser el recambio del básquetbol ¿Cómo se maneja al grupo en estos casos?
«El grupo que se arme, se debe armar con ciertas normas que nadie las pueda cambiar. Tiene que haber un respeto por la selección, cada vez que jueguen por Chile debe poner el nombre mas arriba. El núcleo tiene 23, 24, 25 años, ellos tienen un buen nivel para jugar mas años por la selección. Tengo la ilusión de que en cinco años solucionemos el tema de la altura».
¿Y como ve el nivel del grupo?
«Nos cuesta mucho igualar la altura a nivel sudamericano. Estamos tratando de solucionarlo. Hay chicos como (Javier) Barra, (Nicolás) Carvacho, (Gerardo) Isla, que para mí son el núcleo, si ellos hacen una cofradía, podremos solucionar el tema de la altura. Hay algo claro, nunca seremos Serbia, pero estamos preparando a chicos que quieren trascender en el básquetbol chileno, y la idea que es que pongan el nombre en lo más alto.
En Twitter, Erik Carrasco señaló que en la gira a Brasil no les faltó nada y que todo estuvo en orden ¿Coincide con sus palabras?
«Hablaré a nombre personal. Por ahora, la idea es elevar los estándares. Y que las comidas, los kinesiólogos y los hoteles no sean tema de charla. Ahora estamos viendo si viajamos o no con un utilero al Sudamericano. Eso en un futuro no tiene que ser tema, porque la idea es que cualquier jugador que venga a la selección vea que hay un buen nivel de logística y preparación».
Hace un tiempo señaló que tenía muchas ideas, pero que necesitaba cristalizarlas ¿Cómo las ha logrado plasmar durante este año?
«Todos se van dando de a poco. Una por ejemplo es que (Ignacio) Carrión sea un alero por izquierda de buen nivel. Tiene la talla y la habilidad para jugar en ese puesto».
¿Será posible que algún día haya un chileno en la NBA?
«Te voy a contar algo. Yo conozco Emanuel Ginóbili desde los cinco años. En mi juventud jamás hubiese creído que él iba a llegar a la NBA, y ya ves, él conquistó ese mundo. En San Antonio, Manu es un ídolo. Entonces, si el basquet se desarrolla, y si se sueña y desarrolla, todo es posible. Uruguay tuvo a Batista en la NBA, un país de tres millones. Entonces el tema no es la raza, el tema es la liga, trabajar serio y tener aspiraciones».
Como buen argentino me imagino que le gusta el fútbol, si pudiera hacer un símil ¿Con qué técnico se compara?
«Tengo muchas cosas de Marcelo Bielsa, de cómo ver las cosas, en la formación de los jugadores, de códigos, las consignas, son cosas que le voy traspasando a los chicos».
GRAF/RR