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El Gráfico Chile
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Los hinchas de West Ham vivían un ambiente de fiesta y nostalgia en la previa del partido ante Manchester United, pendiente de la fecha 35 de la Premier League. El equipo del este de Londres tenía su último encuentro en el mítico estadio Upton Park antes de trasladarse al estadio Olímpico y querían darle una despedida a la altura.
Los fanáticos empezaron a llegar muy temprano al recinto londinense y las calles se empezaron a colmar con el paso de las horas. Cervezas y gritos daban paso a la fiesta armada por los hinchas, quienes colmaron los alrededores del estadio y de a poco fueron cortando el tránsito de los autos que querían llegar al Boleyn Ground.
Con este panorama, la policía británica empezó a alarmarse y el tiempo les dio la razón para estar preocupados. Es que, si el paso del bus del West Ham había sido complicado por la gran cantidad de hinchas que había en las calles, el ingreso del vehículo de Manchester United fue todo un caos.
Los Diablos Rojos llegaron hasta el mítico estadio de los londinenses escoltados por policías, pero los Hammers apenas dejaron un pasillo para que puedan avanzar. Y mientras más avanzaba, más se caldeaba el ambiente. De esta forma, cuando estaban muy cerca de Upton Park, algunos fanáticos empezaron a lanzar botellazos y piedrazos, lo que generó incidentes entre los barristas y la policía, que tuvo que dispersarlos con gases lacrimógenos y se vieron obligados a retrasar el inicio del partido, que estaba programado para las 15:45 horas, en 45 minutos.
GRAF/GP