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Por Rodrigo Realpe Varela, enviado a especial a Acapulco
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Si la Fórmula Uno es sinónimo de adrenalina, vértigo y velocidad, pues ni imaginar lo que sería una de estas carreras en los aires a través de pequeños y ligeros aviones que con piruetas y una velocidad temeraria han cautivado a miles de aficionados en Estados Unidos y Europa.
Se trata de la Air Race Red Bull, la particular carrera de aviones que por casi quince años se ha consolidado como uno de los eventos motor más rápidos del mundo y que desde 2003 lleva a cabo una competición para los amantes del vuelo y que indudablemente no es apta para cardíacos.
Con un campeonato mundial más que atractivo para el público del hemisferio norte (incluyendo Medio Oriente y Asia), la competición busca zurcar nuevos horizontes y es por esa razón que por estos días las principales aeronaves, con un chileno como exponente, realizan una exhibición en los cielos de Acapulco, en México, con el fin de cautivar al público latinoamericano y por qué no intentar llevar una fecha del campeonato Mundial a Sudamérica, teniendo a Chile como principal plaza.
Se trata de Cristián Bolton, quien junto al brasileño Francis Barros (los únicos pilotos latinoamericanos) Juan Velarde (España) y Kirby Chambliss (Estados Unidos) realizarán durante todo el fin de semana diferentes acrobacias en los cielos del popular balneario azteca.
Bolton, ex Halcón de la Fuerza Aérea de Chile se ha consolidado como uno de los pilotos con más proyección dentro del ambiente aeronáutico, y ya conoce de triunfos en la dura prueba, cuando en febrero de 2015 se adjudicó la primera fecha de la categoría challenger del campeonato mundial en Abu Dhabi.
GRAF/PMR