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El Gráfico Chile
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Cada vez que habla, deja mcuho material. David Pizarro no es asiduo a las entrevistas, pero cuando se pone a disposición de los micrófonos lanza más de una declaración quemante y así lo hizo en el último diálogo que sostuvo con un medio de comunicación, en el que acusó una «guerra civil» en Wanderers y reconoció que vivió el peor año de su carrera en su regreso al Puerto.
En una reposada conversación con El Mercurio de Valparaíso, el experimentado mediocampista reconoció que canceló un viaje que tenía planificado a Roma a raíz de la salida de Alfredo Arias del Decano, pues con ello, a juicio del Fantasista, se produce una nueva crisis en medio de crisis mayor que afecta desde hace varios meses al club.
«Ahora hay un problema nuevo que es la búsqueda de un nuevo DT, que además debiera conservar la línea de lo que fue Arias durante este periodo. Habrá que esperar qué decisión toma el directorio. Yo ahora estoy acá, cancelé mi vuelo porque quiero seguir de cerca lo que va a pasar en el club y no suceda lo que pasó cuando me fui en enero y me enteré en Italia que estábamos en problemas», explicó Pek.
La salida de Arias y el éxodo de varios jugadores complica aún más el panorama administrativo en Valparaíso para el ex hombre de la Fiorentina. «Lo que me preocupa hoy en Wanderers es la guerra civil que tienen en el directorio, eso es complejo porque se están llevando al club de por medio. Ellos se tienen que sentar a conversar, hacer una tregua, por el bien de la institución. Ojalá puedan resolver sus problemas internos y que vayan todos para el mismo lado, nosotros lo que queremos es el crecimiento de Wanderers», sostuvo.
Y para reforzar sus planteamientos, Pizarro recordó la triste salida de Jorge Ormeño a comienzos de año. «Hay cosas que no están bien en Valparaíso. Imagínate que a nuestra última bandera, a nuestro símbolo, lo hacen salir por la puerta de atrás, eso no está bien para una institución como Wanderers», tiró, agregando que «el Negro le entregó mucho a la institución y hoy él está dolido, nunca más vino a visitarnos, nunca más fue al estadio».
En otro ámbito, el mediocampista de 36 años hizo una fuerte autocrítica sobre lo que fue su primer año tras volver al Puerto, al plantear que «todos saben que tuve un año muy malo, el peor de toda mi carrera. Y duele mucho que haya pasado en Wanderers, a veces pienso que podría haberme ocurrido en otro lado. Pero ahora estoy invirtiendo de mi bolsillo para prevenir estas situaciones, vamos a ver si seguiremos juntos después de diciembre, pero en mi caso, jugué muy poco y no es la forma de ganarse el dinero».
GRAF/PS