0 of 12
El Gráfico Chile
PUBLICIDAD
Las suspicacias en torno a la nueva selección chilena de Juan Antonio Pizzi estaban instaladas y más aún cuando la derrota con Argentina en la primera fecha del Grupo D, pero las duras caídas le sirvieron a la Roja para probar nuevos jugadores que a largo plazo fueron claves para el título.
José Pedro Fuenzalida ingresó a los 82 minutos del partido en el Levi’s Stadium y en los pocos instantes que estuvo en la cancha demostró ganas y un despliegue a la altura del equipo. Anotó el gol del descuento y le demostró al técnico que estaba a la altura con ese cabezazo.
Como variante confiable, Fuenzalida entró nuevamente en el complemento, empujando al equipo fue vital para conseguir el postrero y polémico triunfo contra Bolivia. La antesala de su gran actuación contra Panamá en la que demostró su mejor característica: la ductilidad.
Contra los caribeños, Chapita entró como puntero derecho desnivelando y dejando a Luis Henríquez en problemas. Sin embargo, la amarilla con que cargaba Jean Beausejour provocó el cambio del colocolino y Pizzi mandó al cruzado al sacrificio al puesto de lateral izquierdo. Fuenzalida no decepcionó, es más, terminó mandando el centro para el definitivo tanto de Alexis Sánchez con un preciso centro.
De ahí en más el protegido del Macanudo no soltó la titularidad, ingresó como lateral derecho en la aplastante victoria por 7-0 contra México en que fue buena figura y se mostró clave en las sociedades de Pizzi, la dupla con Edson Puch fue fundamental.
Sin embargo, su gran noche fue en la semifinal del campeonato contra Colombia. Fuenzalida fue la figura de la cancha enviando el centro para la apertura de la cuenta que finalmente anotaría Charles Aránguiz y liquidando el encuentro tempranamente, llegando como goleador tras el tiro de Alexis.
PUBLICIDAD
El factor Puch
Si el protegido de Pizzi fue Fuenzalida, la grata sorpresa fue Edson Puch. El atacante no era opción para los hinchas pero el técnico rosarino confió desde el principio y le ganó la pulseada a tres que parecían fijos: Fabián Orellana, Mauricio Pinilla y Nicolás Castillo.
Los dos primeros decepcionaron en el partido inaugural del grupo con Argentina y contra Bolivia. A partir de ahí, Puch se ganó la camiseta de la Roja ingresando con peligrosidad en el partido contra los altiplánicos, volviendo a rendir en el complemento con Panamá y preparando el partido de su consagración.
Contra México, abrió y cerró la cuenta siendo la principal arma para romper una defensa que terminó humillada en Santa Clara. Sin embargo, Pizzi lo lleva con tranquilidad, contra Colombia lo guardó y solo entró en el final para mantener el balón en poder rojo.
Fuenzalida fue clave en la final derrochando esfuerzo para marcar la salida Argentina, mientras que Edson Puch ingresó en el complemento para darle oxígeno a un equipo que estaba desgastado por la expulsión de Marcelo Díaz. Finalmente las apuestas de Pizzi surtieron efecto y Chile grito nuevamente campeón gracias al penal de Francisco Silva, otro de sus regalones.
GRAF/JR