Chile

Juan Antonio Pizzi: de vivir un vía crucis a ser el gestor de un título histórico

El entrenador hispano-argentino llegó como “bombero” para reemplazar a Sampaoli y logró imponer sus ideas en la Copa América Centenario.

DPA

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De correr para salvar su pellejo a ser un conductor responsable que evite una desgracia: Juan Antonio Pizzi bien podría ser el protagonista de esa historia, de acuerdo a la metáfora que utilizó el propio entrenador de la selección chilena para graficar su situación al frente de la Roja.

«Las críticas y elogios yo los tomo como un camión cisterna lleno de combustible», comentó el técnico argentino en una de sus ruedas de prensa durante la Copa América Centenario.

«Cuando llegan las críticas, yo digo que es el cisterna que va a toda velocidad y viene hacia mí, que estoy parado en la calle», explicó el técnico. «La mejor solución es correrme. Si vienen críticas, trato de evitar al camión para que no me atropelle», explicó su filosofía el estratega.

No es algo nuevo. En 1998, para reemplazar al goleador chileno Marcelo Salas, River Plate lo repatrió tras su experiencia en el Barcelona y la selección española, entre otros, pero su rendimiento no fue el esperado y recibió duras críticas.

«No soy tan bueno como la gente cree o espera», le dijo en una entrevista en aquel momento al diario argentino Página 12. «No soy Salas. Querer compararme con jugadores que probablemente se transformen en cracks mundiales, como es el caso de Salas, es bastante irrisorio para mí», completó con insospechada crudeza.

O cuando el Valencia lo despidió de un día para otro en 2014 por capricho del nuevo magnate dueño del club. «No me hagas hablar», le respondió a un periodista que le preguntó que le deseaba al cuadro Che.

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Lo cierto que en el inicio de la Copa América, Pizzi alcanzó a esquivar como pudo al cisterna. Era un técnico cuestionado por la prensa y la afición chilena, afectado además por inevitable comparación con su antecesor, el exitoso Jorge Sampaoli.

Pero dos partidos después y la clasificación para la final de la Copa América Centenario mediante convirtieron al técnico de la selección chilena en una figura intocable.

¿Que cambió en ese lapso? «Nada, ahora no me preguntan cuando me voy». Así de simple fue la respuesta de Pizzi ante la consulta de un reportero sobre las modificaciones que había experimentado su equipo desde la fase de grupos hasta la victoria ante Colombia que lo depositó en la final del certamen.

Es que Pizzi sigue convencido que la única diferencia entre el conjunto que necesitó de un penal dudoso en el octavo minuto de descuento para ganarle a Bolivia y el lujoso que goleó a México o le hizo dos goles en 12 minutos a Colombia fue la eficacia.

«Vi un equipo muy similar al que jugamos hace menos de 20 días en San Diego, con la única diferencia que hoy tuvimos la certeza a la hora definir», aseguró tras el 7-0 a México, en comparación del amistoso previo el certamen, que los aztecas ganaron 1-0 con una formación alternativa.

El camión cisterna insistía. No había medio en el que no se reflejara una estadística lapidaria: de los cinco partidos del ciclo Pizzi, cuatro habían sido derrotas, dos de ellas ante Argentina, algo inédito en los últimos años de la selección.

«Es increíble como en sólo seis meses Pizzi logró desorganizar a Chile», publicó el diario inglés Daily Mirror. No lo pasó tan Macanudo en el inicio de la Copa.

Sin embargo, los triunfos ante Bolivia y Panamá en la fase de grupos llevaron tranquilidad, al tiempo que la goleada ante México y la victoria ante Colombia trasladaron la situación a la segunda parte de la metáfora de Pizzi del camión cisterna: la de los elogios.

«Cuando llegan los elogios, siento que es el mismo camión cisterna pero ahora lo voy manejando yo. Entonces, tengo que tener mucho cuidado para no atropellar a nadie y que todo explote».

Así fue el camino de Pizzi en Estados Unidos, entrenador que entra en la historia por darle el primer título a Chile fuera de las fronteras.

GRAF/CS

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