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Por Juan Ignacio Gardella Berra
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Ya entramos en la recta final de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016 y las esperanzas de que algún deportista nacional dé el batacazo y se cuelgue una medalla van disminuyendo. Dentro de los criollos que faltan por «saltar a la cancha», Bárbara Riveros es quien concentra las ilusiones.
Chicka competirá el sábado en el triatlón, desde las 11:00 horas de nuestro país, cuando tendrá que nadar 1.500 metros, pedalear 40 kilómetros y correr otros 10 en el Fuerte de Copacabana. El gran crédito se guarda en envase pequeño.
Los especialistas apuestan por un lugar entre las 10 primeras, aunque advierten que no sería descabellado que se subiera al podio. La clave está en que no quede rezagada en la natación y que evite que se le fuguen en el ciclismo, porque trotando puede marcar diferencias.
«Lo esperable es que haya un grupo de cerca de ocho competidoras que debieran salir adelante del agua y luego traten de producir un corte en las bicis», avisa Felipe Van de Wyngard. «Si se conecta con ellas, estará bien aspectada», complementa.
Mismo análisis hace Matías Brain, quien cree que la chilena debiese estar en el Top 10, aunque apunta más alto si es que logra mantenerse arriba tras las dos pruebas iniciales. «Si se baja en la punta de las bicicletas, tiene todas las posibilidades de estar dentro de las tres», vaticina.
«El trote la favorece, porque es plano y caluroso, las mejores condiciones para ella», explica Vande. «Con ese escenario favorable, podría ubicarse entre las ocho y ojalá mucho mejor, pero hay varias favoritas para las medallas», agrega.
La confianza de su ídolo: «Está en su apogeo»
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«Me pone los pelos de punta correr con Cristián Bustos», expresó Bárbara en la previa del Ironman de Pucón de este año. «Él era, es y será mi ídolo», explicó luego.
El ex triatleta coincide con Van de Wyngard y Brain en que Chicka debe hacer una carrera estratégica y «sobrevivir» a la natación y al ciclismo. «Es como lo que hace Phelps, que en las clasificaciones se guarda para las finales. Tiene que ser viva y no desgastarse, porque ganará la que corra más rápido», advierte.
Quien rematara segundo en el prestigioso Ironman de Hawái de 1992 confía en las capacidades de Riveros. De hecho, cree que «tiene hartas posibilidades de estar entre las cinco primeras y ahí la que se sienta mejor pasará al podio».
«Está en su apogeo, en su peak de rendimiento, por edad, experiencia y también sicológicamente», cierra el otrora «Hombre de Acero».
GRAF/CS